¡Pasen y vean lo último en superficialidad machista!

Desde la fabulosa década de los noventa os presentamos la asquerosa y renovada moda de puntuar a las mujeres según su físico.

Todo vuelve y todo está inventado, dicen. Las modas son cíclicas. Pero ¿ésta? Ésta se podría haber quedado en la recámara un par de siglos más, ¿no?

Mi generación ya lo conoce, porque lo sufrió en el colegio. Pero, por si no sabes de qué te estoy hablando, te explico:

Consiste en poner una nota al cuerpo de las mujeres. En mi escuela – católica, por lo tanto la más concienzuda (nótese la ironía por favor) – desglosaban la nota para cada parte del cuerpo: cara, culo, tetas…

Pues resulta que esta tendencia ha vuelto. Podrían haber vuelto las máquinas de escribir con su clic, clic, clic; pero no. Ha sido esta shit.

Esta tendencia tiene una subderivada. Y es que los más osados puntúan inclusive las parejas: ¿Qué hace esta chica que es un 8 con ese 6?  De verdad, si es que…

Pero tranquilos, hombres del mundo, porque las mujeres nos llevamos la peor parte en esta mierda machista de sistema numérico.

Y es que somos cuestionadas constantemente. Siempre jugando con nuestra autoestima y evaluando sólo lo que se ve de nosotras a simple vista. Sin conocernos. Sin bucear en nuestra historia.

90-60-90. Edad. Talla de pantalón. Menos de 30. Cuarentona. Centímetros de cadera. Talla de pecho. Números y más números para definir una mujer.

No somos números ¿os enteráis?

Y si lo fuéramos, todas sin excepción, seríamos the fucking Infinito, ¿you know?

Sé que no podemos cambiar el mundo. Pero podemos cambiar nosotras. Dejando de perpetuar esta jodida manía de puntuarnos.

Así que antes de unirte a esta moda, grábate a fuego esto:

“0 son las veces que te he pedido tu opinión sobre mi físico y 1000 las ganas que tengo de decirte lo que pienso de ti, pero me callo por educación”