Le dije “vieja” a mi jefa sin querer.

 

Hola loversizers, aquí les va el momento más vergonzoso de mi vida laboral, y espero que permanezca así por siempre porque no me imagino otra metida de pata que le quite el puesto. Mi jefa es una tipa amable, comprensiva, me cae bien, e igual nos llevamos: bien. De vez en cuando tiene cosas de… bueno de jefa, pero nada que no pueda soportar. Tengo ya casi dos años trabajando para ella y hasta ese momento que estoy a punto de contarles, no habíamos tenido ningún percance, y menos a nivel personal. Bueno, aquí va el evento.

Estábamos mis compañeras de trabajo y yo reunidas en la oficina, echando chismesito de ofi que es lo que mantiene a uno con vida en la larga y dura jornada laboral ¿O no? Como mi jefa es cool, se unió a nosotras para el chismecito y terminamos hablando poco después de nuestros asuntos personales, y una compañera me pregunta si no quiero tener más hijos (tengo uno de casi 10, y estoy en mis 30 y muchos) la respuesta fue un rotundo y acérrimo no. Cuando me cuestionaron la razón (mis compañeras son más jóvenes y no tienen hijos) se las di con total honestidad. Les dije que antes había decidido esperar, y ya a estas alturas ni loca, ¿Por qué? Porque un niño requiere una cantidad enorme de tiempo y energía con la que yo sencillamente ya no contaba, porque una cosa había sido pasar las madrugadas en vela diez años más joven, y otra muy diferente sería hacerlo ahora, porque de aquí a que esa criatura creciera lo suficiente para ser autosuficiente, yo ya iba a parecer su abuela. Y que simplemente estaba demasiado “vieja” para eso. 

Mi jefa me miró extrañada por un momento y después me dijo en tono muy calmado, “Sabes, yo tuve a mi hija a los 42, y no siento que esté demasiado vieja ni que vaya a parecer su abuela” 

En ese preciso instante desee que me hubiese tragado la tierra. Toda la oficina se quedó en silencio sepulcral, y cuando logré que mi cerebro comenzara a funcionar de nuevo, comencé a excusarme, le dije que hablaba por mí y mi experiencia y nadie más, que no había sido mi intención ofenderla y no recuerdo que más logré balbucear. Al final dijo que me entendía, que estaba bien que me sintiera así, pero que ella no se había arrepentido nunca de sus procesos ya que en su juventud, es decir como a la edad en la que yo me convertí en mamá, se había dedicado a viajar y a superarse profesionalmente. 

Después de un par de momentos incómodos, por suerte todo volvió a la normalidad y el evento no transcendió, pero le he dado muchas vueltas a mi metida de pata y la conclusión a la que llegué fue la siguiente: 

¿Has escuchado eso de que debes hablarte a ti misma como le hablas a tu mejor amiga? Yo nunca le diría a una amiga, o a ninguna otra mujer, que es demasiado vieja para ser mamá o que va a parecer la abuela de su hijo. Nunca. ¿Entonces por qué me lo digo a mi misma? ¿Por qué me traté de esa manera? 

A pesar de que la vergüenza fue abismal, me sirvió para darme cuenta de que me hace falta, y con urgencia, revisar mi diálogo interno y la manera en que me estoy tratando a mí misma.

 

Anónimo