Aquí una servidora que prácticamente podría tener el carnet de conducir Boeing 747 de todas las veces que me subo a uno. Y es por eso que he tenido que darle a la cabecita para entretenerme entre horas muertas, sentada en esas butacas amputa rodillas, también llamadas aerolíneas low cost. Así que aquí está, 10 Cosas que hacer para matar el tiempo en un avión:

1. Number 1 and only, LEER, ya sea uno de nuestros amados libros de papel, hasta uno en formato digital. Por experiencia propia, no hay nada más entretenido para matar las horas que darnos a la lectura como si la vida, y las ganas nos fueran en ellos. Que si elegimos bien el tipo de lectura y si sois de las mías, seguramente os vaya en ello (Sobre todo si tenemos una de las obras maestras pornosas/amorosas de nuestra querida Beta Coqueta).

2. Nuestra segunda opción alternativa sería la de descargarnos series o películas previo embarque. No suena nada mal la idea si aún no te has podido ver ninguna temporada de Juego Vicioso de Tronos y tienes un vuelo transoceánico, las 12 horas volarán…literal.

3. Otro plan que tiene que ver con lectura podría ser el ponernos al día con las revistas, ya sean de coches, viajes o una bonita revista como la de Cuore, con intenso análisis de nuestra amada sección incluida<3

4. Escribir como medicina siempre ayuda al alma. Y es que desde esas alturas, y lejos de cualquier preocupación (procurar facturarlas antes de entrar en el cubículo de un avión) creo que  puede ser el lugar perfecto para plasmar nuestros pensamientos. Muchas grandes obras, desde libros a guiones, canciones, etc. Fueron inicialmente escritos en este tipo de viajes alados.

5. Todas unas gurús del orden. Está claro que algunas somos ordenadas hasta para las cosas del teléfono, y más cuando este está repleto, como es mi caso, de millones de notas rápidas de cuando entra la inspiración sin previo aviso o fotografías mil, mal hechas y en ráfaga. Que mejor momento, para no perder del que es preciado en tierra firme para ordenar todo este tipo de archivos, o en caso de preferirlo editar esas fotografías que tanto ahínco necesitan para quedar de portada del National Geographic.

6. Escuchar ese disco nuevo en directo de Alejandro Sanz con especial detenimiento. Porque la magia de la música nos puede envolver estemos donde estemos, pero también sabemos que la realidad del día a día no nos permite prestarle la misma atención saliendo y entrando del metro que sentaditas a ocho mil pies de altura.

7. Dormir cual koala pegado a su tronquito. Y es que mis mejores siestas han sido en avión, qué mejor sensación que la de teletransportarse en un abrir y cerrar de ojos de Madrid a Tenerife gracias a un buen sueñecito. Un buen truco es una almohada para el cuello, sobre todo si no nos toca en ventanilla.. Un buen antifaz y unos tapones nunca están de más.

8. Que se note que somos personas trabajadoras y aplicadas. Podemos aprovechar estas horas moribundas en adelantar trabajos, entregas etc. Eso sí, o tenemos un cargador externo súper potente o lo más probable es que nos quedemos a mitad de camino y jodidos cuando la pilita de nuestro amado portátil empiece a parpadear cual discoteca. Aún así seamos positivos, algo habremos conseguido hacer.

9. Wifi que te quiero wifi, se acabaron los días de desactivar todas las señales de nuestro teléfono y convertirlo en poca más que un walkie cada vez que subimos a un avión. Ahora algunas de las aerolíneas ha incluido la capacidad de tener wifi en ellas, la mayoría se puede usar de forma gratuita, ¿suficiente ha sido vender un riñón para poder pagar el billete creo yo no?

10. Tócate los ovarios y disfruta de no hacer absolutamente nada, que a veces toca.