Como lectora y fan en general, entiendo la importancia que tiene un buen malvado en toda historia. Como escritora, comprendo que son básicos. Le dan vidilla a la trama, son el 50% de una novela o película completa, lo que sazona y hace que los protagonistas hagan más que compartir flores y corazones en viajes de ensueño.
Los malos importan. Son, por su propia maldad, buenísimos.
Pero también son los grandes incomprendidos del cine y la literatura. Nadie les da nunca una oportunidad. Se les cuelga el sambenito y ahí les queda. ¿Por qué? ¿Acaso no tiene toda historia, dos versiones? ¿Tenemos que asumir la de los héroes y princesas? ¿Alguien se ha molestado en escucharlos a ellos?
Yo digo NO. Basta de renegar de los villanos. Rompo una lanza a su favor con este artículo, y por eso presento:
El primer top 10 de villanos: frontera inexplorada.
Ofreceré otro punto de vista, un rayo de comprensión y esperanza a estas pobres almas a las que nadie ha prestado adecuada atención. Ojo, aviso a navegantes, la lectura de este artículo puede cambiar total o parcialmente tu visión sobre algún clásico del cine, y destruir tu infancia, además de ofrecer spoilers a punta pata.
Lee bajo tu responsabilidad.
¡Empezamos!
Malo 1: Lord Voldemort – Saga Harry Potter
Como seguidora acérrima de la serie de J.K. Rowling, éste debería ser mi personaje despreciable número 1, sin embargo, he ampliado miras y comprendido que Voldi es, en realidad, un gran incomprendido.
Nacido de una madre bruja y un padre muggle, fruto de una pócima de amor, el chiquillo no conoció nunca el calor de una familia estructurada y normal. Por si eso fuera poco, creció en un entorno hostil, encerrado en un orfanato donde era temido por tener… ciertas cualidades educativas especiales. (¿Era Voldemort TDAH? Interesante cuestión…) Llegó a Hogwarts y sus ansias por ser el primero de la clase se le fueron de madre.
Lo de dejar huérfanos a los niños para aumentar su poder fue una mala forma de reivindicarse, ¿pero acaso no merecía Voldemort un poco de comprensión? ¿No podía Harry haber intentado ser su amigo?
Solo quiero un poco de amor… y una nariz.
Mala 2: Úrsula – La Sirenita
¡Éste caso es digno de estudio! Para empezar, Úrsula vive en un entorno claramente patriarcal, donde todas las posiciones de poder son ocupadas por hombres o crustáceos. Su talento y las ideas que tiene para hacer del océano un sitio un poco más moderno no son nunca tenidas en cuenta.
Se ve obligada a vivir bajo la dictadura de Tritón, que, por cierto, ¿cuánto hace que no convoca elecciones, referéndum o algo semejante? Rey del Mar durante demasiado tiempo, amigo…
Úrsula es relegada a una cueva, ¡maravilloso! Y además de todo, ¡es una Gordibuena! ¿Por qué no podía ser la protagonista? Un caso más de discriminación por salirse de los cánones. Encima, fue la única que hizo algo porque Ariel conquistara a su príncipe, ¡y sin palabrería barata, nada menos!
Estamos contigo, chata. Nadie combina tentáculos con licra negra como tú.
Malo 3: Magneto – Serie ‘X-Men’
Un caso claro de hombre poderoso, adelantado a su tiempo y de inteligencia superior al que todos dejan de lado por envidiosos.
Que le discriminen por atentar contra la moda, tiene cierto pase. Ese… ¿sombrero? no le hacía ninguna justicia, ¡pero por tener semejantes poderes! ¿Acaso toda la historia no iba de mutantes libres pululando por el mundo sin ser perseguidos? ¿Y qué leches era Magneto? El rollo haz el amor y no la guerra no vale si puedes controlar los metales con la mente, por lo visto.
Desterrado de la convención de raritos por ser el que más. Una injusticia. Lo de la cárcel de plástico y obligarle a vestir de blanco, reírse en su cara. Proclamo a Magneto como minoría ¡y como tal exijo respeto!
De nuevo, sus ansias de controlar el mundo se le fueron de las manos, pero el hombre tenía una mirada muy atractiva. Eso le quita hierro a cualquier asunto, no me lo van a negar.
Dalo todo, Magn, seduce a la cámara como tú sabes.
Malo 4: Loki – Thor
Uno de tantos personajes demonizados debido a pertenecer a una familia disfuncional. Otra vez, encierro y aislamiento cuando todo cuanto este pobre ser necesitaba era cariño. Y quizá un revolcón, que se le veía tenso.
Por si no fuera poco ser el segundón, te enteras de que tu padre biológico es el enemigo de Odín, que te crío como si fueras su hijo (un Diario de Patricia, por favor); Loki carga en sus espaldas un gran peso (y no, no me refiero solo al casco), y es que ¿hay algo peor que enterarte de que eres adoptado? En su caso, lo hay, porque su hermano es Chris Hemsworth.
¡Y ser adoptado implica que él no pertenece a tan distinguida y rubia familia! ¡No será nunca un Hemsworth! Un drama como pocos.
Debió haberse dado cuenta. Su melena azabache no dejaba lugar a la duda. Aun así, ¿no es asumible que en la ira del momento haya pretendido dominar Asgard? ¡Él solo quería una familia feliz! ¿Era mucho pedir? Yo creo que no.
Es rubio de bote… ¡y lo sabes!
Malo 5: El Joker – Serie Batman
Para este caso particular necesitaría una tesis, pero intentaré resumirlo.
Partamos de una infancia marcada, a todas luces, por los malos tratos paternos y las heridas físicas y psicológicas que eso supuso para un Joker en plena pubertad. Los demás niños tenían granos y sus cuerpos les hablaban… pues él cargaba una cicatriz modelo rodaja de sandía, ¡imagínense las fotos de fin de curso!
Hay un gran misterio alrededor de este personaje, porque por supuesto, nadie le ha preguntado por su traumático pasado y cómo este ha influido en su persona. ¿Para qué, si el prota es otro? Si tus padres mueren a la salida del teatro y te da por usar tu herencia para ir por ahí vestido de cuero, derrochando en tecnología, y dando mamporros, no pasa nada, pero si te sales un poquito de las normas sociales y vistes con alegres colores… ¡ya eres un perturbado!
Injusticia again. Joker es habitante de una ciudad que soluciona todos sus problemas dejando que el rico de turno, con claras tendencias ególatras (¿por qué todo se llamaba bat- algo?) meta gente de forma indiscriminada en un asilo para delincuentes “insanos”. Muy terapéutico todo.
Al menos Joker, enfrenta su vida con una sonrisa. ¡Esa es la actitud!
Malo 6: Gargamel – Serie Los Pitufos
El ejemplo perfecto de lo que pasa cuando se demoniza a alguien… señor mayor que vive solo en el bosque, con su gato, probando recetas extrañas sin meterse con nadie.
Entonces aparecen unos seres azules no identificados y le restringen una zona del susodicho bosque para “montar su aldea” (¿alguien más piensa en traficantes de estupefacientes? Ahí lo dejo). Tienen un ‘Papá’ que los hace invisibles a la vista y ahí queda todo. Gargamel es el malo, ¡le dedican hasta una puñetera canción ofensiva!
Yo me pregunto, ¿por qué? ¡Él estaba ahí primero! Todavía se quejarán de que quiera zampárselos, ¿saben esos Pitufos lo que son las cataratas? Lo mismo el vejete los confundía con setas.
Que den gracias de que no les manda a los ESTUPAS, porque el tal ‘’fortachón’’; el ‘’bromista’’ y compañía, tendrían mucho que explicar. Si ya hablamos de cómo se gana la vida ‘’Pitufina’’, única pitufa entre tanto pitufo, podríamos destapar una trama corrupta tremenda.
Mala 7: Maléfica – La Bella Durmiente
El nombrecito que le han dado a ella y el de la princesa ya tiene tela… pero es que encima, ¿la villana del cuento, por qué?
Una señora que es la hechicera oficial del reino, lo será porque alguien la ha contratado, buscado sus servicios, y pagado por ellos (¿impotencia del rey, quizá?), no aparece así porque sí, su presencia ha sido reclamada por esa gente, ¿y ahora no la invitan al bautizo de su hija?
Muy bonito. Cuando nos hace falta, todos queremos a Maléfica, que habla con los cuervos y lleva sombreros que ya quisiera Kate Middleton para visitar Ascot, pero para las fiestuquis de palacio, ahí ya no. Quita, quita, que nos da mal rollito.
Luego se sorprenderán de la que la mujer se vaya de bocas… que eso de “se pinchará el dedo con el uso de una rueca, y morirá”; tiene muchas interpretaciones. Es un claro caso de dimes y diretes sacados de contexto. ¡Va a tener ella la culpa de que Aurora saliera vaga, hombre!
Pues ya tenía mirado un vestidazo en Primark…
Malo 8: Freddy Krueger – Serie ‘Pesadilla en Elm Street’
Admito que fue mi mayor terror de pequeña. Y acabo de descubrir recientemente, que sigue siéndolo, ¡pero eso no me aleja de mi intención de defender lo nunca defendido!
De este… hombre, todos sabemos lo mismo: cara desfigurada, predilección por las rayas horizontales porque está muy cómodo con su cuerpo, (di que sí, Freddy, ¡que no engordan!) guante de cuchillas, sombrero tipo Coachella y cierta tendencia al asesinato de jóvenes mientras duermen. Presuntamente.
Puede ser verdad que en venganza por su pasado calentorro (acabar con semejantes quemaduras cabrea a cualquier, me vais a perdonar) vaya por ahí sembrando el pánico. Algo tiene que hacer el pobre, sin trabajo ni amistades. ¿pero no es posible que los críos, prejuiciosos como siempre, tengan pesadillas mortales con él por ciencia infusa? ¿Por ser su manera de sacar la culpabilidad que sienten ante el rechazo a un pobre anciano desfigurado?
¿Quién dice que Freddy se los haya cargado? Conjeturas. ¿Se ha fijado alguien en los adolescentes en cuestión? Yo lo llamo selección natural. De nada.
¿Has sacado mi lado bueno?
Malo 9: Darth Vader / Anakin Skywalker – Star Wars
Como abogada defensora de los malos, éste es un caso fácil de ganar. Casi todos hemos visto las dos trilogías de la Guerra de las Galaxias, (¡no entremos en eso, no entremos en eso!) por lo tanto, conocemos el pasado y la transformación que tuvo Darth Vader antes de pasarse al “lado oscuro” o cambiar de curro, que viene a ser lo mismo.
Anakin era, en esa galaxia muy, muy lejana, lo que aquí llamaríamos un exmilitar amputado incapaz de reinsertarse. El hombre vivía una relación prohibida y su mayor preocupación era dejar colocada a la churri (su casa, su tarjeta de la gasolinera, sus yogures con bífidus…) en caso de que a él le pasara algo en acto de servicio. Se agobió. No hay más.
Pelín hipocondriaco, es cierto. Pero igual que tú tomas ibuprofeno por si acaso más tarde te duele algo, él aprendió a controlar el lado oscuro de la fuerza por si le hacía falta en algún momento. Algunos le llaman malo, yo, prefiero decir que fue precavido en exceso.
Además, ¡anda que no iban a fardar Luke y Leia en el día de “ve a trabajar con tu padre”!
Malo 10: Capitán Garfio / Killian Jones – Peter Pan
Ésta historia siempre ha tenido muchas y variadas interpretaciones. Personalmente me gusta mucho la de la serie ‘Once Upon A Time’. Y su Garfio lo que más, para qué nos vamos a engañar.
Marinero con ínfulas de pirata que lo único que hace es soñar con tiempos mejores mientras tiene el barco amarrado a puerto y se entretiene con los jubiletas precoces que contrata como secuaces. ¡Cuánta maldad!
Él no se mete con nadie, hasta que llega un crío que vuela con polvo del hada a la que tiene en una clarísima friendzone, le corta una mano y ¡ojo al sadismo! se la da de comer a un cocodrilo para que éste persiga a Garfio forever and ever.
¿Y ese es el héroe del cuento? ¿El bueno? ¡Vamos por favor! ¿Le parecerá raro que Killian quiera venganza? ¿Es que alguien en su sano juicio no lo querría? Y encima se trae a amigos para seguir dando por culo saco, ¡lo que hay que ver!
Una auténtica vergüenza que la historia de este hombre se haya malversado de esta manera. Y por si no estabais convencidos del todo… ahí lo dejo, miradlo a los ojos y decidme que no le echaríais una mano para aliviar sus tremendas frustraciones… (al de carne y hueso ¿eh? Que montárselo con dibus es raruno)
Colin O’Donoghue, que da vida a Garfio en ‘Once Upon A Time’ … ¡qué rico!
Hasta aquí el primer bloque. Y digo primer, porque esta disertación me ha hecho comprender que… hay mucho de donde rascar. Los villanos están tan infravalorados, que es necesario que alguien por una vez, los haga protagonistas.
PD: En este blog no se hace apología del uso de técnicas consideradas malvadas de ninguna clase para dominar, controlar, reestructurar, aniquilar, destruir o rehacer el mundo. No os flipéis.
Imagen de portada diseñada por mi BBF, ‘Villana de Cuento’
Fotografías: Google imágenes.
