Me han educado para gustarte. Para depilarme, para no tener pelos en las piernas, en las axilas, en las ingles, porque sería una vergüenza que un hombre se acostara conmigo y me viese/notase sin depilar. Me han educado para no hablar de mi regla, para sentir vergüenza si lo hago. Me han educado para que no me masturbe, para avergonzarme si lo hago. Me han educado para llamarte seductor por estar con muchas mujeres, me han educado para saber que soy una puta si estoy con muchos hombres.

Me han educado para estar delgada… porque así es como más femenina, más bella me veo. Y cuando he engordado, gorda, ha sido el insulto por excelencia, el insulto preferido por ti, por todos, por muchas… me han educado para que mi máxima aspiración en la vida sea la de ser madre, para trabajar en casa, para que a ti, hombre, no te falte de nada. Para servirte la comida, para follar contigo cada vez que quieras, porque si no lo hago, te irás a buscar a otra. beyonce-feminist

Me han educado para maquillarme, para lucirme en mi trabajo, porque así atraigo a más clientela. Para callar en una reunión de hombres, para cobrar menos que los hombres, porque es lo que merezco por ser mujer. Me han educado para jugar con muñecas, para ser una princesa y esperar que el príncipe venga a salvarme. Para no ser fuerte, porque para eso ya estás tú, hombre. Me han educado para sentarme con las piernas cerradas, para llegar antes a casa, para ir siempre acompañada, para no andar sola de noche por la calle, para que no lleve escote, para que la falda no sea muy corta, para no insinuar, para no provocar, porque hay hombres que me pueden hacer daño, porque soy una mujer y me merezco ese daño por ir así por la calle. Me han educado para gustarte, me han educado para callar… para ser una buena mujer.

Y yo digo NO. Digo, que quiero depilarme, maquillarme y ponerme un escote cuando a mí me apetezca y no cuando y como la sociedad lo marque, y NO, no lo hago ni para gustarte ni para provocarte a ti. Y da igual que esté más gorda o menos gorda, porque me quiero, me gusto y me acepto. Y cuando me miro al espejo cada mañana, veo a la mujer que quiero ser, una mujer fuerte, dueña de su propia vida, que se masturba cuando le da la gana y se acuesta con quien quiere. Y NO, no soy puta por ello. Una mujer, que tendrá hijos si quiere y no porque se le pase el arroz. Una mujer que estudia y que trabaja día a día por tener la vida que desea, lejos de prejuicios, lejos de estereotipos absurdos, de imposiciones, lejos de la culpa. Eso es lo que soy, lo que he decidido ser, una mujer… una mala mujer.

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Autor: Gema A. Mora.