Según cuentan las Sagradas Escrituras, Dios eligió el domingo como día de descanso y para honrar su nombre.

Pues bien, el Señor y yo tenemos un concepto muy distinto de los días que molan y los que no, porque definitivamente, ODIO LOS DOMINGOS. Y ahora voy a detallaros el por qué.

– Es un día extremadamente rayante. Da igual que hayas tenido una semana fabulosa y que estés pasando por la mejor racha de tu vida. Los domingos, por alguna extraña razón fisicoenergética que no logro captar, te rayas. Es un día que atrae los pensamientos filosóficos a tu cabeza, las preguntas existenciales, la melancolía, , el de dónde vengo, a dónde voy, ¿seré adoptada?…… . Los domingos harían llorar hasta a David el Gnomo. LOS ODIO.

– Estás fea. No te rías, lo estás. Te reto a que pienses en un solo domingo en el que te has mirado al espejo y has pensado «Me comía los morros». Nein. ¿Qué día te salen más granos? Los domingos. ¿Qué día te descubres el vello más inoportuno que lleva asomando en tu barbilla ni se sabe cuanto? El domingo. ¿Qué día llevas el pelo como un estropajo y te descubres una arruga/lorza/mancha nueva? El domingo. Puto domingo.

fea

– Era un día traumático en mi infancia.

Cuando era pequeña los domingos tenía un nudo en la tripa porque sabía que al día siguiente la zorra mala puta de la señorita Hortensia (del colegio Carmelitas, para más información) me preguntaría los ríos de España, las partes del sistema digestivo o los problemas con decimales Y YO NO IBA A SABER HACERLOS. Los lunes siempre tocaba Educación Física y, nuevamente, el fin de semana no había aparecido en mi de manera repentina la capacidad de saltar el potro o hacer el pino. Y otra vez iba a hacer el ridículo.

Además, los domingos comía con mi abuela y mis primos me hacían llorar, me rompían los juguetes y me martirizaban mientras mis tíos no hacían NADA por protegerme de los energúmenos de sus hijos. MIERDA DE DÍA.

– Los domingos tomas conciencia de todo lo que tendrías que haber hecho el fin de semana…y no has hecho.

Yo soy una persona extremadamente ocupada. Mi «entresemana» es bastante estresante y, muy ilusa, siempre me convenzo a mi misma de que el fin de semana haré un millón de cosas, me adelantaré trabajo, iré al gimnasio, haré vida social,  DESCANSARÉ… (si, ya os he dicho que soy muy ilusa) . Cada domingo, sin excepción, me doy cuenta de que estoy a escasas horas de comenzar una semana nueva y de que casi todo lo que pospuse para el fin de semana… ¡está sin hacer!. Es como los ríos de España de cuando era pequeña…pero en versión adulta. Caos, caos everywhere.

mierda

– Estás extremadamente cansada y con sensación de resaca, independientemente de lo que hayas dormido/ bebido.  Esto es una cosa que me deja perpleja, en serio. Da igual que la noche anterior te hayas pillado el pedo del siglo y te hayas acostado por la mañana…o que te echaras a dormir a las 21:00 tras tomarte una sopita caliente. El domingo me levanto agotada, si o si. Y menos mal que ya he dejado atrás la época en la que amanecía agarrada a la taza del vater para intentar sacar los restos de tequila de mi cuerpo, mon dieu, El diseñador de los conceptos «RESACA», «OLOR A COLIFLOR» y «DOMINGO» tuvo que ser a la fuerza la misma persona.

me encuentro mal

– Los domingos hace mal tiempo. No os molestéis en sacar el mapa meteorológico a relucir, puedo asegurar y aseguro que el clima de domingo es la peste. Si estás en verano, te toca un día pegajoso y nubarronesco. En invierno, un frío que te hiela el meao y aire cortante. Primavera y otoño: LLUVIA ATROZ. No falla. Ni siquiera a la climatología le gustan los domingos. Y sobra decir que si un día de la semana tiene que romperse la caldera, el aire acondicionado, el lavavajillas o internet… va a ser en domingo. Día en el que por cierto…

– .. ESTÁ TODO CERRADO. Cuanto tienes la compulsión consumista que yo padezco,  es bastante chungo que no puedas evadirte de las tensiones comprando como una cerda. Menos mal que, al menos en eso,  la vida nos ha dado el respiro de inventar LAS COMPRAS ONLINE. Pero aun así, el domingo también es un día típico para ser consciente de que eres pobre como una rata. Y como es festivo, tu psiquiatra no te coge el teléfono para atender tu necesidad imperiosa de atracar el H & M y la tristeza que te embarga al consultar tus cuentas bancarias. Porca miseria.

– Es un día EMO. Cuando estás soltera, te sientes sola en el universo, nadie te quiere y solo deseas enterrarte bajo tu colchón y cantar a grito pelado canciones de Alex Ubago mientras las lágrimas inundan tu solitaria almohada. Cuando tienes pareja a distancia, es el maldito día de la despedida, del asumir que te quedan por delante porrocientos días sin veros y solo te consuela el hecho de que le darás descanso a la maquinilla de depilar. Cuando tienes niños, aúllas desesperada desde el sofá que dejen de pegarse y se hagan las mochilas, que acaben los deberes y que a ver dónde coño consigues tú comprar un domingo por la tarde todos los materiales escolares que ACABAN DE RECORDAR QUE NECESITAN PARA EL DÍA SIGUIENTE. Mal, mal y mal. Caos, lágrimas y tarrinas de helado asaltadas.

¿POR QUÉ, SEÑOR? ¡¿ POR QUÉ TUVISTE QUE HACERLOS?!