A lo mejor sólo de leer la palabra brócoli ya quieres pasar de este artículo. Dame la oportunidad de abrirte un mundo hacia esta deliciosa verdura. Y si ya te gusta el brócoli te voy a dar la clave para disfrutarlo de nuevas forma.

Te lo dice una ex-hater-ahora-amante del brócoli.

El caso es que siempre nos han enseñado a hacer el brócoli hervido. Yo misma me he pasado ratotes delante de platos de brócoli hervido en plan “Vaaaaamossss, cómeteloooo, es bueno para ti”. Es que directamente se me quitaba el hambre.

El truco de gratinarlo cubierto de bechamel tampoco me servía de mucho (si estás pensando en las calorías de la bechamel no tengo nada en contra de ellas, no quiero que te fijes en eso, vivir contando calorías no es vida. Fin.).

Un día mi compi de piso me escribió para decirme que ella hacía la cena, que había visto una receta del comidista que le apetecía probar. Me plantó delante un plato con pollo, arroz, y brócoli. Yo pensé, “¡El pollo y el arroz genial!”, lo del brócoli no me hizo nada de gracia.

Yo soy de las de dejarse lo más rico para el final, así que empecé por el brócoli y ¡oh-dios-mío! Estaba delicioso. Tanto que no podía parar de comerlo.

Aquel brócoli no estaba hervido. Estaba hecho a la plancha. Y ¡coño! es la cosa más puto fácil de hacer del mundo ¡y seguimos hirviendo el maldito brócoli!

Desde aquel día comemos brócoli casi a diario porque:

  • una vez más, está delicioso y es adictivo
  • es sano hasta el infinito
  • se aprovecha todo el brócoli, hasta el tronco grueso de la base
  • es súper rápido de hacer
  • es baratísimo

¿Es perfecto o qué?

Para mi gusto queda más rico con brócoli fresco. Lo he probado también con el congelado, pero suelta mucha agua y se parece más al hervido. Te cuento cómo lo hago yo:

  1. Corto el brócoli dejando los arbolitos más pequeños enteros más o menos del tamaño que queda entre el índice y el pulgar al hacer así
  2. El resto de las partes las corto más pequeñitas. Incluso el tronco grande gordo de la base es rico, ¡todo!
  3. Echo un par de cucharadas grandes de aceite en una sartén, un poco de sal y hale, a saltearlo unos 5 minutillos
  4. Verás que se torran un poquito, eso es lo más rico <3

Y ya está, sólo haciendo eso ya está bueno. Si quieres darle más chicha al asunto puedes echarle un poquito de ajo picado, o una vez que lo saques de la sartén rallarle un poco de quesito por encima.

El resultado, en lugar de una cosa blanda verde y con sabor fuerte, es un brócoli con un sabor suave y super crujiente.

Te recomiendo que dejes de leer, te vayas a comprar un brócoli fresco y te lo cenes esta noche. ¡Bon appetit! Lo vas a disfrutar.

 

Rebeca Ruiz