Tuve una ruptura con mi pareja por varios problemas que se extendieron en el tiempo y cuando pasaron unos meses, decidimos volver. ¿El problema? Mi entorno no lo traga. Ni mi grupo de amigos, ni mi familia.
Todas las parejas pasan temporadas de crisis, y quien diga que no, miente. Eso es lo que me pasó con mi novio. Llevábamos unos meses de mucho estrés en el curro, sobre todo él, y afectó en la relación. No pasábamos mucho tiempo juntos ni hacíamos planes fuera de casa. Además, el estrés hizo que mi chico empezara a contestarme peor y a ser arisco conmigo.
Estuvimos así unos cuantos meses, y claro, yo me desahogaba con mis amigos y con mi familia. Tengo bastante confianza con mi madre y mi hermana, por lo que les contaba las discusiones que teníamos y lo que pasaba en ellas. Tanto unos como otros, me decían que a pesar del estrés que mi novio estaba teniendo, no debía consentir que las discusiones llegaran a tal punto y que no tenía por qué aguantar que me tratara con esa frialdad.
Tuve muy en cuenta las recomendaciones de mis seres queridos, y, tras varias broncas más y viendo que la cosa no mejoraba, decidí terminar con la relación. Mi familia y amigos se alegraron de este hecho, ya que veían que, aunque al principio estaba bastante deprimida, iba haciendo mi vida otra vez y recobrando la alegría que me caracteriza.
Al cabo de unos 10 meses, mi entonces ex se puso en contacto conmigo para solucionar un tema de unos papeleos que teníamos en común. Quedamos para hablarlo y me confesó que me echaba muchísimo de menos, que se había dado cuenta de lo injusto que fue conmigo por un tema meramente laboral y que le gustaría retomar lo nuestro. Que me quería como el primer día y que entonces ya sabía a lo que debía y quería darle prioridad.
Estuvimos quedando durante las siguientes semanas y me di cuenta que yo también seguía enamorada de él como siempre. Veía que estaba mucho mas relajado en el tema laboral y pensé que realmente nuestros problemas como pareja habían surgido por eso, que si la cosa en ese aspecto había mejorado, nosotros podríamos estar bien juntos. Además, me demostró que de verdad yo era lo primero para él.
Tardé unos meses más en contar a mi entorno que habíamos vuelto, y cuando lo hice, las reacciones no fueron las esperadas. Nadie se alegraba, ni siquiera mi madre que siempre había tenido una relación estrecha con él. Yo les pregunté que qué pasaba, que por qué no estaban contentos por nosotros, y todos coincidían en que me veían muy bien últimamente y que mi pareja podía hacer que volviera a caer en la depresión que tuve en las últimas semanas de relación. Que además, no me había tratado bien y que me estaba rebajando volviendo con él.
Intenté explicarles que los motivos de la ruptura habían sido exclusivamente por su situación laboral, pero les daba igual. Hace ya unos meses que estamos juntos de nuevo, pero en casa de mis padres no es bien recibido, y cuando estamos con mis amigos, les noto fríos e incluso se inventan excusas para irse.
La situación me duele, porque la gente que quiero no está feliz con mi felicidad, pero he decidido apostar por mi relación, y espero que aunque les cueste un tiempo, acaben aceptando que hemos vuelto y aceptándole a él como la primera vez.
Relato escrito por una colaboradora basado en la historia REAL de una lectora
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