Cada día lo tengo más claro: acabar con la gordofobia y educar en diversidad es fundamental en la lucha contra la obesidad. Porque intentar meternos con calzador el discurso de la salud desde el odio a nuestros cuerpos es cuanto menos inquietante, contradictorio y absolutamente inútil.

Que la obesidad es un problema grave de nuestro tiempo lo sabe todo el mundo (sí, las personas gordas somos muy conscientes de esto porque se encargan de recordárnoslo todo el rato hagamos lo que hagamos). Pero sobre la manera de intentar afrontarlo hay claras divergencias y existe un grupo bastante amplio de seres que creen que la criminalización de la obesidad es el mejor camino para concienciar y luchar contra la obesidad.

De lo que no se dan cuenta es que añadir presión sobre los cuerpos gordos, además de cruel, es absolutamente contraproducente, discriminatorio y parte importante de un discurso del odio disfrazado de buenas intenciones.

Voy a usar como ejemplo lo de los maniquís de Nike, porque creo que a estas alturas ya ha debido llegar a todas esas personas interesadas en esto de la inclusividad. Ha llegado incluso a gordófobos/as que dicen que el hecho de que esta marca de ropa deportiva (de la que habría mucho que decir en muchos temas) haya decidido incluir maniquís plus size fomenta la obesidad y que eso es muy peligroso. Ya sabéis, las personas gordas fomentamos cosas por el mero hecho de respirar. Y no voy a poner el artículo en cuestión que me ha animado a escribir esto, porque basta ya de clickbait.

Lo voy a decir claro: a estas personas no le preocupa la salud de nadie, a estas personas los cuerpos gordos le resultan incómodos por alguna razón que no logro comprender (o quizás sí, pero es una opinión tan políticamente incorrecta que mejor me la guardo para mi). Nos quieren delgados, no sanos. Si realmente estuvieran interesados en acabar con la obesidad harían el esfuerzo de ponerse en el lugar del otro e intentarían entender lo motivador que es saber que hay marcas que se preocupan (sea por puro marketing o por responsabilidad corporativa) por representar la mayor cantidad de realidades posible.

Esto a nivel psicológico es muy importante. Es fundamental que las personas gordas dejemos de auto-boicotearnos por no encajar en unas medidas concretas (que tampoco son siempre sinónimo de salud por mucho que se empeñen) y que aprendamos a cuidarnos desde el amor propio y no exclusivamente por intentar adelgazar. Pero claro, es mucho más fácil criminalizar y seguir reproduciendo la idea de que es todo culpa de los gordos que comemos por encima de nuestras posibilidades y no nos movemos lo suficiente.

gordofobia obesidad

Es entonces cuando tenemos que volver a los maniquís de Nike. A ver, señores y señoras, ¿en qué quedamos? ¿las personas gordas tenemos que hacer deporte o es mejor que nos escondamos no vaya a ser que alguien llegue a pensar que la obesidad es lo más guay del universo? ¿o es que el mundo del deporte es exclusivo de las que cumplen con la ecuación del perfecto cuerpo normativo? Porque no tiene ningún sentido que por un lado se quejen ustedes de la «epidemia de la obesidad» y por el otro se dediquen a afear que se venda y promocione la ropa deportiva para cualquier talla.