Cuando cumplí los 30, empecé a notar una sensación de cansancio tremendo en mis piernas. Lo sentía como si alguien tirara de mis tobillos hacia abajo tratando de separar mi cuerpo en dos, al más puro estilo zombi hambriento en una peli de terror. En mi trabajo pasaba muchas horas de pie y con mi primer embarazo esta sensación terminó de acentuarse. Me acordé de mi madre, a la que desde pequeña vi siempre utilizar medias e ir a la playa con pareos para ocultar sus piernas. Ella siempre decía que “le daba manía” que la gente viera lo que para mí eran las “ramitas azules” que nacían al lado de sus rodillas. No sabía realmente lo que era pero sí tenía claro que era algo que ocultar. 

La primera “ramita azul” que encontré en mi cuerpo fue al mes de dar a luz y desde ahí fueron viniendo más. No te voy a engañar: entré en pánico. Todo lo que sabía sobre las arañas vasculares y las varices es que eran una desgracia absoluta para las bonitas piernas de una mujer y las asocié instantáneamente a trombos y muerte. Así soy. 

Con el tiempo aprendí varias cosas que hoy quiero compartir contigo:

Buscar en internet no es muy buena opción: Cuando empiezas a ver frases del tipo: “no es un problema grave de salud, pero sí es gravemente antiestético”, todavía tienes más ganas de fusionarte para siempre con unas medias negras pero, por esa necesidad básica que todos tenemos, sé que vas a querer saber qué dice San Google.  Mi consejo es que intentes ser lo más objetiva posible con la información que encuentres porque ya sabes que en internet tooooodo se magnifica y eso no ayuda. 

No siempre son un problema de salud. Repito: NO SIEMPRE. Las arañas vasculares, por ejemplo, nunca se relacionan con un problema de salud, solo estético, pero para el mundo es motivo suficiente para hacerte enloquecer por ello. Las varices, en cambio, sí es mejor revisarlas e incluso eliminarlas a modo preventivo siempre que sea posible, para evitar que pueda haber futuras complicaciones. 

Puedes decidir qué hacer con ello. Me parece importante insistir en esto. Al principio todo el mundo que me veía las piernas me hablaba de cientos de tratamientos. Cuando me informé debidamente y supe lo que realmente perjudicaba mi salud y lo que era un tema meramente estético, decidí hasta qué punto quería ser “esclava” de los cánones de belleza. Reviso las varices para que un médico determine cuando sea momento de eliminarlas, lo cual de momento no ha sido necesario y cuido a mi cuerpo para calmar las molestias e intentar que mis problemas de circulación sean cada vez menos. No te sientas mal por lo que decidas, ni tampoco por lo que la gente quiera opinar sobre tu decisión.

No hay una fórmula exacta para prevenirlas pero sí puedes ayudar a tu cuerpo a funcionar un poquito mejor. Las varices y arañas vasculares son una consecuencia del ritmazo que lleva nuestro cuerpo al bombear la sangre. Cuando ésta tiene que volver a nuestro corazón, ejerce mucha más presión y eso es lo que termina almacenando más sangre en algunas venas, que luego vemos en nuestra piel. Podemos ayudar a nuestro cuerpo nutriéndolo bien, moviéndonos para mantenerlo fuerte, intentando no mantener posturas estáticas durante muchas horas, elevando las piernas siempre que sea posible (y si alguien puede hacerte un masajito, mejor que mejor) y en definitiva, ¡no olvidando nunca el trabajazo que hace nuestro cuerpo para mantenernos con vida!  

Cuidado con los tacones “andamio”: Esos que usábamos para entrar a la discoteca, con 1 cm de plataforma y 17 de tacón, ¿te acuerdas? Pues no son buenos aliados para tus piernas. Para mí no ha sido un gran cambio, porque nunca pude usarlos más de 5 minutos sin que mis pies imploraran clemencia pero entiendo que hay muchas mujeres a las que, además de quedaros divinos, os encanta calzar tacón. Al parecer, mantener a nuestros pies (y piernas) en esa postura tan antinatural dificulta la circulación…Qué inesperado, ¿verdad? jajajaja 

Dale aire a tus piernas: Yo siempre había sido de pantalones skinnysuperskinnycuantomásskinnymejor para que se vieran bien mis piernas: Pues resulta que eso dificulta mucho a nuestras válvulas el transportar la sangre. ¡Nos toca hacernos amigas de los pantalones tipo Mom!

No te pasa solo a ti: Solo” nos pasa al 65% de la población, específicamente al 75% de las mujeres y al 25% de los hombres. Así que no temas ¡porque es súper común!

El frío ayuda mucho a calmar las molestias. Yo, como friolera reina, reconozco que lo paso fatal cuando pongo el saco de guisantes congelado peeeero vale la pena. El frío calma muchísimo la sensación de pesadez, incluso los calambres. Eso, y ponerte un ratín con las piernas arriba, ¡serán tus grandes aliados! Hazlo como una rutina, no esperes a sentir molestia. 

Y por encima de todo esto, lo más importante: 

No empieces a despreciar a tu cuerpo por unas marcas que hayan aparecido en él. A mí se me juntaron el posparto, la caída del pelo y las primeras arañitas y no, no me hizo ilusión. Me costó mucho aceptar esas marcas y decidir no hacer nada con ellas pero al final entendí que nuestro cuerpo simplemente reacciona a cosas como el cansancio, el estrés, la postura, el embarazo…Y en ese punto descubres que solo puedes estarle agradecida por tanto que hace. ¿Qué más da que tenga varices cuando vaya a la playa? ¿Por qué voy a dejar de ponerme falda? Una tiene que hacer su vida y entender que no se puede complacer a todo el mundo. Mientras no sean una complicación de salud para ti, ¡que la sociedad diga lo que quiera!

¡A disfrutar de esas piernas bonitas!

 

 

Redacción WLS