Todas, absolutamente todas las gordas, hemos soñado cienes y cienes de veces con estar flacas. La presión social es demasiado fuerte, te han dicho toda tu vida que eres un adefesio, una ballena, que no puedes seguir así, no te cabe la ropa en la mayoría de las tiendas y todo es un absoluto drama. ¿Pero qué pasa si un día decides rebelarte contra todo eso y dices oye, pues yo me encuentro divina? Pues eso fue lo que me pasó a mí, y creo que no soy la única, cuando descubrí todo esto del Body-positive.
A ver, que sí, que sé que me sobran demasiados kilos y que estaría más sana con unos pocos menos, pero me he pasado toda la vida luchando contra mi cuerpo y maltratándolo de varias maneras, por culpa de esa idea incansable de querer ser flaca a toda costa. Y pasa que la vida tiene muchas fases, y que nuestros cuerpos cambian igual que cambiamos nosotras y nuestras circunstancias, y pasa que unas veces se está más delgada y otras, menos. Y qué pasa, ¿que mientras estés gorda, lo cual puede ser que no cambie jamás, tienes que pasarte el día sufriendo, llorando y autoflagelándote por no entrar en unos cánones absurdos? Pues yo un día dije que NO, que no me daba la gana, y de repente un día, dejé de soñar con estar flaca.
No sé exactamente cómo ni cuándo pasó, ni significa que yo el día de mañana no sea capaz de bajar 30 kilos y pasar a tener 5 tallas menos, porque la vida da muchas vueltas y nunca se sabe, pero ahora vivo mi vida con una grandíiiisima diferencia, y es que ya no sueño con ser alguien que no soy. Decidí aceptarme y quererme más que a nada, decidí dejar de maltratar mi cuerpo con dietas súper restrictivas o con horribles atracones de comida, y empecé a tomar mejores decisiones sobre mi alimentación. Estoy en el camino de estar más sana, y ya ese es mi verdadero objetivo. Si la consecuencia fuese adelgazar, pues mira, pero ya no es esa mi motivación final.
Decidí que era maravillosa y bella aun estando en mi máximo de kilos, porque sentirse y verse guapa no depende de los kilos. Que no por ser delgada se es más guapa; que no por ser flaca se está más divina o estilosa, y creo que las chicas de Weloversize nos hemos hartado de demostrar eso. Así que dejé de soñar con entrar en los vaqueros de Stradivarius y me centré en encontrar vaqueros maravillosos que me sirven, me favorecen, y no me dejan llorando en un probador.
El día que dejé de soñar con estar flaca, aprendí que mi felicidad no podía depender de la báscula, ni de una talla. Que yo, que siempre había sido malísima en matemáticas, estaba supeditando mi vida a unas simples cifras. Así que me cansé de todo eso, me cansé de llorar cuando alguien me llamaba gorda (lo cambié por una carcajada inmensa), de sentirme menos que mis amigas en la playa, de dejar de hacer cosas que me apetecían por miedo al qué dirían, y empecé a vivir totalmente liberada de complejos, de prejuicios y sobre todo, de miedos.
Tener sueños es maravilloso, soñar a lo grande es darle un sentido a tu vida y sí, debemos tener sueños, pero hay tantas cosas por las que soñar, tantos objetivos por los que podemos luchar que es una verdadera pena centrarnos en algo tan superficial y equivocado como es soñar con estar flaca, porque creemos que así vamos a ser más felices y aceptadas. Ser feliz y aceptada depende de ti, de tu actitud, y de como tú afrontes las situaciones con las que te encuentras cada día. Así que deja de soñar con tonterías, empieza a soñar con cosas realmente importantes y que ser gorda no te impida JAMÁS hacer nada de lo que sueñes.