Hoy he leído un artículo que se titulaba: «El apellido de tu gatillazo es Porno».

Decía básicamente que los tíos están sobreexpuestos al porno fantasioso y artificial hecho en plató, y que al llegar a la cama y no parecerse en nada, zas. Bajón.

Y eso es más real que tu vida misma y tiene muchos efectos secundarios de mierda:

Ellos se creen que es culpa de ellas, porque son «malas» en el sexo porque no hacen lo que ellos ven que hacen «las profesionales» (aunque luego ellos den vergüenza ajena intentando hacerse los profesionales y exigiéndote a ti. Terribles escenas de «profesionalidad» decoran mi historial, eso da para otro artículo…).

 

Ellas se aburren de un sexo mecánico, frío, y con un tío que parece más un coach del gym que una pareja sexual, que encima va con mala cara porque no le hacen lo que sale en los vídeos.

 

-Los dos se acaban aburriendo y desencantando del sexo, porque no ha salido satisfecho nadie.

 

Ellos acaban teniendo problemas con las expectativas respecto a cuerpos, habilidades y tamaños, que termina en malas caras en la cama. ¿Te imaginas a una tía con cara de perro mientras cabalga a un tío porque no la tiene como a ella la gusta? Pues eso ellos lo hacen en tu cara, y se quedan tan anchos. Follan de mala gana y luego te sueltan que no das la talla.

Vamos a ver, yo he echado polvos teniendo un cuerpo normativo, intentando que allí hubiera tranquilidad, currándome orales, currándome el metesaca, aguantando posturitas de circo del sol…Y al final me he llevado unos intentos de cunnilingus que daban pena y no sentía lo más mínimo (me han llegado a hacer cunnilingus en las ingles, no digo más..), un metesaca sobreactuado que les reventaba de cansancio a ellos mismos al minuto, una mala cara y un «Bueno, venga. Ya está.» ¿Perdona?

 

-Hay mujeres que se acaban creyendo que su papel en el sexo es ser como una actriz porno, porque lo contrario es ser mala, y actúan y sobreactúan por miedo a no dar la talla. Como si eso fuera dar la talla…Yo lo siento, pero no me gusta follar como si estuviera haciendo un casting, yo quiero sexo normal, real y natural.

 

Luego vienen las preguntitas, que yo no sé si alguno tendrá contacto femenino más allá de saludar a su propia madre:

-¿Tu haces eso de (inserte cualquier cosa que suelan hacer las actrices porno)?

-¿Tu sabes hacer cubanas con mamada y un masaje en la cabeza con los pies haciendo el pino puente? ¿No? Joder tía…bueno, no pasa nada. (Esta suele ser la clase de tíos que te acaban haciendo los cunnilingus en las ingles porque no saben ni como es una parrusa).

-¿A ti te pasa que cuando te dan, te (inserte cualquier cosa rara que las pase a las actrices: ojos en blanco, convulsiones, temblores exagerados…)?

-¿Te puedes grabar haciendo X cosa en «Sitio Y» y corriéndote a chorro?

Con este panorama, durante varios años a mí me dejó de gustar el sexo y dejé de buscarlo y de hacerlo. No era placentero, pasaba vergüenza, me llevaba la cruz de no montármelo como una actriz porno…No me motivaba una mierda el malgastar energía física y mental en semejantes escenitas porque al fin y al cabo, no era ni siquiera tener sexo, era una puesta en escena. De dar el numerito, de poses, gritos, exhibición de habilidades de Circo del Sol. No es un sexo de concentrarse en el placer, ni de contacto entre cuerpos. Y como ni tú ni yo ni nadie trabajamos en el circo, no vamos a gastar tiempo en tíos que se corren con trapecistas en vez de con chicas con flexibilidad al uso (nivel Playmobil).

 

Sólo experimenté placer y comodidad reales (sobre todo la comodidad) cuando me pasé unos meses única y exclusivamente conmigo misma. Sin follar como si estuviera haciendo un examen, vaya.

Sólo en ese tiempo supe lo que eran las ganas de verdad de ponerme a la faena. Ahora tengo pareja, y puedo disfrutar porque practica un sexo realista y natural. Somos dos personas dándole al tema tranquilamente. Él no quiere una actriz, ni yo quiero un «profesional».

 

Lara.