O antes de los 30, que ahora somos muy jóvenes hasta más tarde. Por supuesto, no hay una edad para viajar pero hay sitios que se disfrutan más cuando aún tienes mucha energía, ganas de juerga y espíritu aventurero. Cuando no te importa dormir en una cama que no sea king size o viajar mucho en transporte público. Ya luego, con los años, llegan las comodidades y pasa lo que pasa. Te aseguramos que el Strip de Las Vegas y las discotecas de Ibiza se ven muy diferentes a los 35. Además, si se trata de culturizarnos y vivir experiencias, mejor hacerlo antes de sentar cabeza cuando nuestras opiniones y emociones están mucho más abiertas a todo lo que el mundo tiene que ofrecer. Cuando empieces a trabajar, el tema de tomarte un mes de vacaciones para ir a mochilear a Tailandia se complica bastante.

Las Vegas, Estados Unidos

 

Empecemos por lo obvio. A Las Vegas no le llaman Sin City (Ciudad del Pecado) por nada. Solo asegúrate de que tienes los 21 para poder tomarte tus cocktails tranquilamente y date al vicio: beber, apostar, pasar las noches en blanco y despertarte con un resacón en Las Vegas digno de película. Lo de casarte sin darte cuenta difícilmente va a ocurrir ya que tienes que pedir el permiso con 24 horas de antelación. Sí, las películas y Ross y Rachel nos han estado engañando toda la vida. Hay hoteles chulísimos muy bien de precio (porque saben que te vas a gastar el dinero en apuestas) y es de los pocos sitios en los que te podrás pasear vistiendo lentejuelas de la cabeza a los pies sin llamar demasiado la atención. Para la resaca, hay buffets de desayunos que curan todos los males y luego siempre puedes ir a ver el espectáculo del Cirque du Soleil al Bellagio. Solo recuerda, lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas.

Ámsterdam, Holanda

 

En el norte de Europa son tan civilizados que, una ciudad donde fumar marihuana es legal y existe algo como el Barrio Rojo, resulta ser de lo más tranquila. Fumar no está prohibido, así que no te estamos animando a que rompas la ley si te decimos que te vayas a Ámsterdam a explorar coffee shops. El Barrio Rojo es para verlo, nada más. Además, siempre puedes compensar visitando el Museo Van Gogh, alquilar una bicicleta y admirar los canales mientras pedaleas. No olvides stroopwafels, los del Tiger no tienen ni punto de comparación.

Cancún, México

 

Ideal para celebrar el fin de carrera o para un viaje de relax con tu chico. Pulserita y playa y copas y fiestas de espuma. O tequila, mejor tequila, pero con moderación que luego las resacas pasan factura. Tengas el presupuesto que tengas, encontrarás un hotel con piscina y playa y el maravilloso «todo incluido» que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en la vida.

Florencia y Roma, Italia

 

Podría decirse que Italia es casi nuestro país vecino. Total, nos separa solo un poco de mar. Si no fuiste con tu instituto de viaje de fin de curso o a pasar un año de Erasmus: no hay nada que pueda compararse a Florencia y Roma y su increíble legado artístico e arquitectónico. Además, ya se sabe que los italianos son la mar de animados así que no te faltarán sitios abiertos por las noches. Las resacas se curan de maravilla a base de pasta y las pizzas que son deliciosas en cualquier lugar donde decidas comerlas.

Ibiza, Islas Baleares

 

Deja el resto de isla idílicas para cuando seas más mayor. Pasa un verano en Ibiza bailando de noche y durmiendo de día en la playa. Si te gustan las discotecas, Ibiza es el mejor sitio de Europa en verano. Fiesta sin parar y gente feliz por todas partes. No se puede pedir mucho más. Obviamente, no olvides visitar Pacha y pasar muchas noches en blanco. Si al final ves que te empieza a salir alguna cana, siempre puedes alquilar un barco para ir a Formentera a dar un paseo en bici.

Reikiavik, Islandia

 

O cualquier sitio de la isla helada. Sí, sabemos que es el viaje hipster por excelencia pero, ya verás cómo suben tus seguidores de Instagram. Mejor si vas en verano cuando hay luz e incluso la posibilidad de días de sol. Islandia tiene un ritmo de vida tranquilo, ciudades preciosas con contrastes de colores, la Laguna Azul donde te podrás bañar en agua calentita al aire libre, caballos salvajes y, sí tienes suerte, la Aurora Boreal, algo que pocas veces en la vida tendrás la oportunidad de ver.

Lampang y Phuket, Tailandia

 

Si te gusta el mochileo, Tailandia es el destino por excelencia. Y luce MUY bien en Instagram. Puede que el billete de avión sea lo más caro porque el alojamiento y comida una vez ahí, salen muy bien de precio. Lampang es una ciudad cerca de Chiang Mai donde el tiempo parece haberse parado: sus habitantes aún viajan en carro de caballos y tiene una larga lista de templos y monumentos. Mientras no se entere demasiada gente, los hoteles ahí son descaradamente baratos. De la misma manera, Phuket está hecho para los que no nadan en piscinas de dinero como el tío Gilito. ¡Y las playas! Los hoteles, bares y restaurantes son buenos, bonitos y baratos.

New York, Estados Unidos

 

Nadie debería llegar a los 25 sin haber visitado New York, que por algo es la ciudad que nunca duerme. Pasear por las calles de Manhattan es como estar dentro de una película o tu serie favorita. Hay lugares especiales para todos los gustos: hoteles donde se alojaron estrellas del rock, barrios enteros dedicados a la moda, rutas para cinéfilos y esas cosas que nos hacen especial ilusión a todos como subir al Empire State Building o comernos un hot dog y un pretzel de un puesto de la calle o pararnos enfrente de la tienda Tiffany de la 5a Avenida a comernos un croissant. La versión moderna es comprar un cupcake en Magnolia e irse a comerlo delante de la casa de Carrie Bradshaw, que además está en la misma calle que el edificio de Friends. Eso sí, los vecinos están un poco hasta el moño.

San Francisco, Estados Unidos

 

Puede que estés pasando por una etapa muy 60s leyendo a los autores de la Generación Beat y escuchando a Janis Joplin sin parar: San Francisco es tu sitio. Si eres gay, por supuesto, no necesitas ni excusa para ir. Tendrás una larga lista de sitios que explorar como el Golden Gate Bridge, el Fisherman’s Wharf, Alcatraz, la zona de Mission (no te pierdas las tiendas vintage de Valencia Street), el Castro, el barrio de Haight Ashbury (el origen del movimiento hippy). Si quieres hacer un poco el turista también tienes la calle con más curvas del mundo y las Painted Ladies (donde vivía las familias de Padres Forzosos y la Señora Doubtfire). Una vez te hayas impregnado de hippismo siempre puedes visitar la zona tech: Oakland y Berkeley con sus hipsters y millones de universitarios. Ideal para fans de Google. ¿De lo mejor de San Francisco? Las heladerías, Bi Rite Creamery en Mission Dolores, especialmente. El helado de salted caramel es de lo mejor que vas a probar en la vida. Avisada estás.