Una de mis cosas favoritas del mundo es regalar libros, siempre me ha parecido una buena costumbre y también me encanta que me los regalen. La Navidad está a la vuelta de la esquina y estoy segura de que hay más de una persona despistada (como yo) que aún no ha conseguido comprar todos los regalos, así que he decidido hacer una pequeña lista de los libros que he decido regalar este año y que, curiosamente, todos están escritos por mujeres (esto no lo he hecho aposta, pero me da mucho gustito).
A mi amiga mística:
El libro de la magia blanca de Tania Berta Judith (Fulgencio Pimentel, 2019)
Es una auténtica joya para brujitas modernas. La edición es una pasada de bonita (bien de irisados que nos flipan) y, además de un libro con hechizos de magia blanca, es un objeto precioso que revisar cada equis tiempo para llenarte de buena vibra.
A mi amiga amante de los crímenes y de la novela negra:
Infamia de Ledicia Costas (Ediciones Destino, 2o19)
Ledicia Costas lo está petando (y la novela negra viguesa también). Esta es su primera novela para adultos, fue escrita en gallego y, dado el exitazo, traducida después al castellano. Se trata de un thriller psicológico de esos que enganchan tanto que rozan la obsesión; compuesta por 32 capítulos cortos es una lectura perfecta para las vacaciones de Navidad o para la vuelta al curro y los ratitos de transporte público.
A mi cuñada (y madre de un casi dieciocho):
La importancia del pez cebra de María Rodríguez (Editorial Elvira, 2019)
Lo primero que llama la atención de esta novela son el título y la cubierta; entran por los ojos a tope, magnetismo puro y duro. Pero claro, detrás de un buen envoltorio tiene que haber un buen contenido y «La importancia del pez cebra» cumple con creces. Trata de un casidieciocho obsesionado con todas esas cosas propias de la adolescencia (el sexo, el aburrimiento y el odiarlo casi todo), de su abuelo con el que vive y de Liza, el personaje angular de este extraño triángulo. Y no os cuento más, porque de verdad que merece muchísimo la pena leerlo…
A mi pareja:
Lectura fácil de Cristina Morales (Anagrama, 2018)
Se ha llevado varios premios (entre ellos -ojito- el Premio Nacional de Narrativa). Yo no la he leído todavía (así que de paso aprovecho para que mi chico me la deje cuando se la haya leído), pero la premisa es de lo más atractiva (y encima todo el mundo habla maravillas de la novela). Por lo que me han contado es un texto duro, que no deja títere sin cabeza y que visibiliza la vida de cuatro mujeres con discapacidad intelectual (o mejor: diversidad funcional). Me parece importantísimo hablar de estos temas en un (supuesto) Estado de Derecho en el que la diferencia prácticamente no se contempla.
El autoregalo:
Vozdevieja de Elisa Victoria (Blackie Books, 2019)
Este me lo compro con el aguinaldo, porque no hay Navidad sin un libro de Blackie Books. Lo poco que sé es que tiene una portada preciosa y que cuenta la vida de una familia en la década de los 90, a través de los ojos de una niña de 9 años. Yo tuve 9 años en 1993, así que estoy segura de que me va a llenar el espíritu de nostalgia (que no está mal de vez en cuando).
