Imaginadme como un testigo protegido. Una habitación oscura, un flexo que ilumina una esquina tenuemente y al fondo una silueta femenina cuyos rasgos no se distinguen.

Ahora imaginad que de pequeños la liasteis “mu parda”. Pero parda, pardísima, nivel: a día de hoy tus padres aún no saben la verdad. Pues amigues, ha llegado la hora.

 

¡CONFESEMOS!

 

“Mamá, ¿recuerdas los pendientes que te regaló papá hace 17 años y que creías haber perdido por casa? No se perdieron. Me pareció buena idea cambiarlos en el patio del colegio por 3 cromos”

 

“Mi madre era profesora en un colegio de la zona. Un día falté al instituto para quedar con el chico que me gustaba. “Que inventiva tienen los niños de 5 años. No va Juan y me dice que te vio ayer con un chico y que te escondiste de el cuando te fue a saludar… Estos chiquillos”. Ahá. La inventiva de los niños”

 

“Mis padres me contaron que mi hermana tenía un problema grave en el corazón y que no podía sufrir sobresaltos. Me pasé meses asustándola a ver si pasaba algo. Sigue viva ¿no? Pues tranquilos”

“La figurita de Lladró de vuestro dormitorio no se rompió cuando mamá limpiaba el polvo. Ya estaba rota. Me la cargué yo antes de un pelotazo”

 

“Mi madre tenía un anillo de diamantes que había heredado de su abuela. Una reliquia familiar. Sin embargo me encantaba mi profesora de primaria. Me pareció una buenísima idea regalárselo. (Sé que os lo devolvió)”

 

“Durante años en Navidad buscaba por casa los regalos (los de todos, no sólo los míos), los encontraba, los abría, veía que eran y volvía a envolverlos y a dejarlos en su sitio. Luego cuando los abría fingía sorprenderme”

 

“Cuando me decíais que tenía que estar en casa a las 12 siempre estaba. Eso sí, a las 12.20 estaba saliendo otra vez a hurtadillas”

 

“Mi hermano pequeño me caía sumamente mal, así que viendo los trucos de los magos que salían en la tele, metía a mi hermano en cajones, armarios… a ver si también desaparecía. No había suerte así que al final lo dejaba salir”

 

“En la adolescencia rompí el somier de mi cama mientras estaba… con un chico. Lo arreglé con cinta americana pero mi madre lo descubrió. Eché las culpas a la señora de la limpieza. Si me estás leyendo: LO SIENTO MUCHÍSIMO

 

“A mi hermano y a mí nos pareció una idea genial ver cómo volaba la ropa interior de mi madre desde un quinto piso. Durante días los vecinos estuvieron subiendo bragas y sujetadores a mi casa”