Maneras de despedir una relación sin usar ni excusas ni ghosting

Llegó el momento. Es la hora de mandar a esa persona tan tóxica a paseo. Nos hemos aceptado a nosotras mismas, con lo bueno y lo malo, nuestros defectos y virtudes. Consideramos que nos merecemos más, mejor. Sabemos que, una vez cerremos esa puerta, nos sentiremos liberadas. Habrá un suspiro de alivio. 

Pero, ¿cómo despedirse de esa pareja posesiva? ¿Cómo marcar distancia con la amiga pesimista? ¿Cómo decir “adiós” a una relación consanguínea? No eres de huir, te gusta enfrentar los problemas; sin embargo, tampoco quieres usar una excusa ni mentir ni mucho menos “desaparecer” sin dar ninguna explicación (conocido como ghosting). Entonces, ¿cómo hacemos? Hay que ser sincera con respeto y sin ánimo de dañar a nadie. Un complicado ejercicio de equilibrio. 

“No me siento cómoda contigo / No buscamos lo mismo. No quiero seguir quedando” 

Si una relación, del tipo que sea, te hace sentir incómoda, sal de ahí. Si no buscáis lo mismo, no entendéis la vida de manera simular y la incompatibilidad es más que evidente, no lo fuerces. Más tarde o más temprano, terminará explotando. 

despedir

“Te dije que me molestaba y aún así volviste a hacerlo. Se acabó”

Intentaste establecer límites, pero nada. No funcionó. Recuerda que no es tu culpa. Quisiste arreglarlo, mostraste interés e intencionalidad…, pero… ¡pum! ¡Otra vez! Mira, quizá y solo quizá, “una” es pasable; dos, ya sí que no. Olvídate. Habrá una tercera, una cuarta…, hasta que normalices que aquello que te molesta pase a formar parte de tu vida y entres en un bucle que te hará sentir infeliz. Pon fin lo antes posible. 

“Para mí X es importante. Si no lo respetas, será mejor que me aleje”

Sea lo que sea. Desde un principio moral hasta un hobby. Lo que sea. Si para ti es importante, ya es suficiente. Si lo infravalora, lo desprecia, se ríe y además te pone impedimento… No permitas que te frustre. “Hasta luego”, no hay más. 

El broche imprescindible 

Si así lo sientes, y lo has vivido, puedes cerrar tu mensaje con una nota de optimismo y dosis de buen rollismo: “Me gustaría que la situación fuese distinta, pero siento que es lo que debo hacer”, “Te deseo lo mejor; de verdad. Cuídate mucho”. Incluso, cabe la posibilidad de que te salga ser agradecida por los momentos buenos (si los hubiese): “Igualmente, me alegra haberte conocido”. 

En el caso de sobrepasarse ciertos límites, puede llegar a ser necesario aclarar que no quieres volver a tratar a esa persona: “Por favor, no me escribas más”, “Te pido que respetes mi decisión; de lo contrario, tendré que bloquearte”. 

despedir

Y recuerda, siempre… siempre… siempre… priorízate. Está bien que busques evitar hacer el mínimo daño posible con tus decisiones para despedir, pero a veces es inevitable. No nos debemos quedar con nadie por pena, lealtad ni mucho menos por miedo. Con educación y respeto, prioriza tu salud mental y pon punto y final a la relación, del tipo que sea, que te está anulando.  

María RM