Con la llegada de las bajas temperaturas rescatamos de nuestro armario prendas como el abrigo, la bufanda, los guantes y esas preciosas botas de piel que nos encantan a la vez que nos abrigan. Las botas de piel son el complemento perfecto para los días de invierno. Se pueden combinar con todo tipo de outfits, desde una reunión formal a la más informal salida con amigos de fin de semana. Son todo un acierto.

En el mercado existe toda una amplia gama de productos para el cuidado de este calzado. Lo primero que debes tener en cuenta es evitar cualquier contacto con el agua, ya que la piel se mancha, es preferible utilizar cualquier otro limpiador húmedo. Si lo que queremos es eliminar el polvo de la superficie, con un buen cepillo suave o un paño húmedo es suficiente.

La grasa de caballo sirve para mantener la piel suave e hidratada. Aplica una pequeña cantidad y cepilla con movimientos ligeros por toda la bota para decir adiós a esas manchas molestas y la suciedad. Es posible que con el paso del tiempo en tus botas aparezca algún que otro rayón o grieta. Si son marcas leves las puedes hacer desaparecer con el uso de aceite vegetal, como el de oliva, o vaselina y frotar. Deja que el producto impregne un par de minutos. ¡Así de fácil!

Una vez realizados estos cuidados, el siguiente paso será secar por completo al aire libre, evitando siempre el contacto directo con el sol.

Otras consideraciones importantes para una conservación óptima es dedicarles un rincón de lavado, no hace falta que sea un gran espacio, pero sí el mismo siempre. Escoge un lugar de tu vivienda, por ejemplo, cerca de la zona donde dispongas de tu lavadora. Elige un momento tranquilo para dedicarlo a esta tarea. También es importante que sigas las indicaciones del fabricante.

Que los zapatos se ensucian es lo más normal del mundo. El acelerado ritmo de las tareas cotidianas, además de estar en contacto directo con el suelo hacen impredecible controlar su estado impoluto. Sin embargo, no debemos descuidarlas. Limpia tus botas cada vez que las utilices para prevenir que la suciedad se incruste a la piel. Asimismo, mímalas cuando las guardes, mantenlas en una bolsa de plástico para que el tejido transpira, nunca las amontones ni las almacenes cerca de una fuente de calor como la calefacción.

Que tus pies disfruten del invierno. ¡Vísteles con tus mejores botas de piel!

Rebeca Baena