Quien dice penes dice lengua, labios, dedos, artilugios varios… aquello que nos haga levitar de placer. Y no solo me refiero al placer sexual también a un masaje, a una buena sesión de risas, un vinito, ir a la peluquería… o cualquier cosa que nos pida el cuerpo y nos haga sonreír.

Y quien dice Penas dice suspiros, gruñidos, quejas, resoplidos, malos gestos… y todo aquello que no nos aporta y nos hace tristes y malhumoradas.

Porque amigas, a no ser que estés pasando por un drama o una tragedia (que por desgracia las hay y cada una las afrontamos como buenamente podemos) no tenéis excusa para no sonreír.

Un problema no es un problema si tiene solución. Un problema con solución se convierte en algo que debemos abordar. Es nuestra obligación resolverlo.

Así que coge impulso, prepararte, sonríe y a por él.

Céntrate en los penes y las cosas que te hacen sonreír, dales la importancia que realmente tienen. Y soluciona tus penas, las cosillas que te hacen fruncir el ceño. 

Al final del día repasa mentalmente todo aquello que te ha hecho sonreír, por pequeño que sea (y por supuesto penes incluidos). Verás como hay mucho más de lo que pensabas y te hará sentir bien. Pero aún así pon más penes en tu vida, busca más razones por las que seguir. Que la balanza siempre caiga hacia ese lado. Esto te dará la fuerza que necesitas para resolver todo lo que no quieres.

En un mundo en el que hay tanto de imperfecto, de injusto y, muchas veces, es tan desquiciante, son las pequeñas cosas las que se suman para darnos un buen día. Y muchos buenos días hacen una buena temporada. Y eso ya casi casi lo podemos llamar ser Feliz.

Recuerda, en tu Vida pon más Penes y menos Penas.

 

@sandecesbybertabo