La verdad puede ser dura y cruel. Y enfrentarse a ella, difícil.
Es por esto que muchas veces caemos en la tentación de la mentira piadosa. Es más fácil, nos ahorra un mal trago y protegemos a la persona que queremos del dolor que le causaríamos con la verdad. Porque hay verdades que duelen.
Pero mucho cuidado con las mentiras piadosas. Son armas de doble filo, la mayoría de las veces con consecuencias más duras y crueles que la verdad que esconden. Porque hay mentiras que matan.
La verdad tiene una gran característica: permanece inamovible con el paso del tiempo. Pueden pasar años, que la verdad sigue siendo la misma. Característica que no posee la mentira. Es más, con las mentiras suele pasar lo contrario. Cambian, ganan o pierden detalles, se modifican, incluso a veces desaparecen, se olvidan. Es por esto que la verdad tarde o temprano sale a la luz. Ella sigue ahí, impertérrita. Y de la mentira solo queda su consecuencia, matando relaciones, recuerdos, vínculos… mata lo más importante. Aquellos que quisimos proteger, no hacer daño, la mentira lo termina matando, destruyendo.
Por ello debemos ser valientes, enfrentarnos a la verdad y a sus consecuencias. Tapar una verdad con una mentira (por muy buena intención que tengamos) no cambia la verdad. La verdad es la que es y siempre lo será. En cambio las consecuencias… sus consecuencias pueden ser mucho más dolorosas, para las personas que intentamos proteger y para nosotros mismos.
¿Cuántas relaciones de pareja terminan como el rosario de la Aurora por no haber hecho frente a esas primeras sospechas de que la cosa no iba bien, de que el amor estaba muriendo, de que la felicidad había sido sustituida por monotonía? La verdad es la que es desde el principio.
Amistades rotas por no ser sinceros, por ocultar aquello que nos molesta o que sabemos va a molestar. Quizá haciendo caso a la verdad la relación ya no sea la misma, pero ¿sí lo es viviendo con la mentira?
Por eso, cuando tengas la tentación de recurrir a la mentira piadosa recuerda: Más vale verdad que duele que mentira que mata.
Seamos honestos con las personas que queremos y con nosotros mismos.
