Llevo algunos años viviendo en Estados Unidos, tengo superao el choque cultural desde hace algún tiempo y he llegado a ese punto donde ya no soy ni de allí, ni de donde vine pues lo que conozco como casa está en dos partes opuestas del planeta. Mi mayor problema: admitir que me encanta vivir aquí. 

Hombre disfrazado con la bandera de Estados Unidos y animando

Si soy honesta no tenía intención ninguna de mudarme aquí. La vida te lleva y te guía a sitios insospechados y a una no le queda más que la de abrazar lo que viene. Me salió así y a día de hoy mi marido todavía me recuerda la terquedad y la cabezonería con la que me oponía a la mudanza.

Una de las cosas que todavía me cuesta muchísimo hacer es la de decir en público que me encanta vivir aquí y que aquí he encontrado, a nivel personal y profesional, todo lo que quería. Evidentemente las noticias más morbosas, extravagantes y raras son las que más se visibilizan allí de dónde vengo entonces el imaginario cultural de mi gente está estrechamente ligado a lo barbárico del país, por ejemplo, a su política de armas, a la falta de ecología del mismo, a los partidos políticos, al fanatismo religioso, al sistema sanitario…

Mujer haciendo gestos de pereza y aburrimiento por escuchar siempre lo mismo

Entonces una vez de vuelta, encarta que hablo con alguien sobre USA y me abren los ojos como platos cada vez que digo algo bueno sobre mi vida en América o sobre el país en sí. Se piensan que la Inteligencia Americana me ha lavado el cerebro. Por eso mismo no suelo hablar con desconocidos de ello y me da mucha vergüenza admitir en público las cosas buenas de aquí. Supongo que también se deberá a que yo era una de esas escépticas que no pensaba que aquí hubiera nada bueno.

Con el tiempo he aprendido a no decir dónde vivo porque, quilla, es automático: “ohhh, vives en Estados Unidos y cómo haces para vivir allí con esa política de armas?” (O inserta en la pregunta cualquier otra cosa por la que Estados Unidos es notoriamente conocido).

La mayoría de la gente que me pregunta estas cosas no ha pisado el país nunca en su vida, por eso, no me meto en diálogos de ignorantes. No puedo, eso sí, sentirme un poco contrariada y enfadada

Mujer negra con gesto de derrota

Aquí he encontrado estabilidad profesional y financiera, además de emocional. Cuando me vine no hablaba ni papa de inglés y mi acento sigue (y seguirá) siendo fuerte. Al ser un país de migrantes de habla hispana me he sentido muy ayudada siempre, nunca nadie ha sido racista conmigo ni siquiera en las profundidades de los Ozarks. Mi esposo, por ejemplo, quien es migrante en mi país ha sido víctima del racismo mucho más que yo. 

Nunca he presenciado ningún tiroteo viviendo en un estado conservador donde las armas pueden llevarse a la vista. Por otro lado, en lo profesional, se ve normal cambiar de trabajo en busca de una mejora salarial o de un cambio de carrera, valoran mucho cualquier tipo de educación ya sea de aquí o extranjera. Pago mi seguro médico todos los meses y no tengo deuda médica a pesar de tener una salud de mierda y la lista de cosas buenas sigue.

En lo personal no me gusta la controversia, no obstante me da mucho coraje que no pueda decir cosas buenas cuando encarte. No os penséis que voy predicando por las esquinas cada vez que vuelvo. Soy tremendamente feliz aquí y me entristece enormemente tanto prejuicio. Si alguien que no conoces va y te cuenta algo bueno de un sitio, alégrate y escucha, no sabes dónde puedes terminar.