Llevo unos meses comiéndome la cabeza con este tema en silencio y ya no sé si soy yo o fueron ellos.

Mi mejor amiga y yo somos muy frikis de la música, vivimos en una ciudad pequeña y entre los estudios y el poco dinero que tenemos, nos cuesta movernos a Madrid y Barcelona a grandes conciertos y festivales. El verano pasado estuvimos en uno, con la prima de mi amiga que conoce a mucha gente de ese mundillo.

La primera noche estuvo genial, cuando acabaron los conciertos, la prima de mi amiga nos coló en la zona vip y acabamos yendo a una de las fiestas de después, una pasada para dos ‘pueblerinas’ como nosotras. La fiesta era en una casa, enorme, apartada y lujosa, piscina, grandes ventanales y de todo como para quedarme a vivir ahí de okupas. Estaba llena de gente guay y divina y yo estaba cagada por si no daba la talla, mi primera fiesta con músicos y famosos, mi amiga y yo estábamos de los nervios, a su prima se la veía en su salsa y yo intentaba imitarla, menos mal que había alcohol.

Se me acercó uno de mis músicos favoritos, empezamos a hablar, me presentó a más músicos, entre mojitos, chupitos y buena música, aquello era el paraíso,, vi bastantes sustancias prohibidas alrededor, pero me mantuve al margen, ellos sí se metieron de todo. Perdí a la prima de mi amiga de vista, lo normal en ese tipo de fiestas, pero mi amiga y yo seguíamos pendientes la una de la otra.

Un tío empezó a tontear conmigo, no me lo podía creer, estaba a punto de enrollarme con una de mis músicos favoritos. Que no es que sea famosísimo, pero para mí, pues obviamente es EL MEJOR.

Pues sí, me besó, todo como muy de película y poco a poco entre besos y tontunas me metió en una habitación, en la terraza había gente pero no me dio ni tiempo a decir hay alguien ahí y ya estaba tumbada en la cama con el músico encima comiéndome el cuello a besos. Intuyó mi incomodidad y me dijo algo así como que a esos no les importábamos nada, que me relajara y disfrutara.

Mientras me desnudaba sin prisas, sacó una caja de preservativos, bien, al menos era un tío con cabeza. Lo hice, relajarme, y lo hicimos, echar un polvo, y fue bastante sentido, al menos eso me pareció a mi desde mi nublada mezcla de alcohol y flipe de adolescente tardía. 

Antes de que me la sacara, entraron los tres tíos que estaban en la terraza, a uno lo reconocí perfectamente, como para no. Se acercaron a la cama con toda naturalidad, se quitaron la poca ropa que llevaban y me empezaron a acariciar, entré en colapso, mi polvo se retiró y se fue al baño como si eso fuera lo más normal.

 

Creo que llegué a decir que no se hicieran líos que yo ya me iba, pero entre unas cosas y otras me convencieron para que me quedara, nada fue forzado, cierto es que yo no me sentía cómoda. Me ofrecieron una raya, la cual rechacé, ellos si se sirvieron y uno a uno pasaron por mi. Parecía que esto lo hacían todas las noches y es como que me convencieron que era normal y natural que tres tíos me follaran. Sus frases de que me relajara y disfrutara, que en esos momentos era envidiada por muchas aún resuenan en mi cabeza y cierto es que lo disfruté, pero en parte. Por otro lado me sentía usada, pero claro, como iba a rechazar aquella oportunidad que me estaban brindando, iba a quedar como una cría inmadura, mojigata y de poco mundo. Acabaron o acabamos y nada fue violento, pero yo sentía que tenía que huir de allí, me ofrecieron quedarme a dormir, ducharme o lo que fuera. Yo solo quería vestirme y salir de allí corriendo, buscar a mi amiga y volver a mi vida normal, que nada tenía que ver con esta que acababa de vivir. Me dejaron un cargador porque mi móvil se había quedado sin batería y necesitaba localizar a mi amiga, me pidieron hasta un coche, que pagaron ellos, ya no se si me sentía como una puta o qué.

Llegué a la casa que habíamos alquilado y no había nadie, tampoco contestaban a mis mensajes ni llamadas, se habían pegado la misma fiesta que yo. Aparecieron casi a la hora de ir al festival, ya se nos había olvidado la razón de aquello, la prima de mi amiga tan normal, como si hiciera esto todas las semanas. Nosotras tardamos dos conciertos en ponernos al día, mi amiga estaba on fire, se había liado con otro músico más o menos conocido y habían quedado para hoy que él ya no tocaba pero se quedaba a disfrutar del resto del festival, yo no sabía ni por donde empezar, pero su postura era de que no había pasado nada extraño y que siguiera disfrutando porque esto no se iba a repetir nunca más.

Acabó el día y me fui a casa, no estaba para repetir fiestas ni orgías, seguía sin tener claro lo que había sucedido.

Volvimos a casa, mi amiga feliz y yo contrariada. No se lo he contado a nadie más, porque me da vergüenza, tanto para bien como para mal. No he podido estar con ningún chico desde entonces, porque me siento a disgusto conmigo misma. Sigo teniendo el mismo lío en la cabeza que en aquel momento, y no sé ni qué hacer para superarlo. 

Anónimo

 

Envía tus testimonios a [email protected]