Me he acostado por primera vez con alguien mucho más joven, os lo cuento todo.

 

Después de separarme, sentí que no quería nada más con ningún hombre, al menos nada más sentimental, no estoy para nada preparada para volver a abrirme en ese sentido, ahora me siento completa y no necesito que nadie me diga lo que valgo, sé quién soy, y sé que quiero y que no en mi vida.

Aún y con esas, la carne a veces es débil y pasan cosas como lo que me sucedió hace unas semanas. 

Estaba paseando por Barcelona cuando de repente, me resultó familiar la cara de un chico con el que me crucé, nos quedamos mirándonos y él sabía mejor que yo quien era y me saludó. 

Era el sobrino de una vieja amiga mía, yo lo había conocido de muy jovencito e iba detrás mío, pero era un yogurín y obviamente pasé. ¡Pero había crecido un montón y era todo un hombretón! Un chico de poco más de 20 años, pero bien puestos, alto, guapetón, rubio y con ojos azules. 

 

Me dijo que iba a ir a tomar un café y si le acompañaba. La verdad es que no lo vi como una invitación a algo más, en mi cabeza seguía siendo el jovencito que conocí hacía unos años. 

 

Pero estando allí, me dijo que seguía igual de guapa que siempre, a lo que le respondí con un gracias y que él también estaba guapo y más mayor. 

Supongo que los chicos de hoy en día son más lanzados que los de mi época que se lo piensan todo más, porque él en cambio fue súper directo y me dijo que podríamos pasar un rato a solas.

joven

Le contesté que era demasiado pequeño para mi gusto, pero no le debí parecer convincente porque acercó su silla a mi lado y me besó. Probar sus labios me encantó, así que le seguí el rollo.  

 

– ¿Te parece ésta también pequeña para tu gusto? – Me susurró al oído, poniéndome la mano sobre su bragueta. 

 

Como decía antes, la carne es débil y el chico ya no era un niño, era un joven hecho y derecho, así que pedimos la cuenta y nos fuimos a un hotel. 

 

Ya en la habitación, me desabroché la cremallera del vestido y lo dejé caer al suelo, quedándome en un conjunto de lencería de lo más sexy que no sé porque, llevaba puesto ese día. Desabrochó sus pantalones y los tiró junto con los calzoncillos al suelo. 

 

Se aproximó hacia mí y me besó, cogiéndome en brazos y empotrándome contra la pared. Se puso un condón y me penetró estando en sus brazos contra la pared. 

Cabe recalcar que no soy una chica delgada, estoy gordita y aún y así pudo conmigo en brazos y me folló de vicio, tenía fuerza. 

 

Después me bajó y yo me puse de espaldas a él, dejando a la vista mi culo en pompa. Me dio una cachetada en la nalga y cogiéndome de las tetas, me follo contra la pared. 

joven

Tenía una buena polla y además sabía utilizarla muy bien, así que sin necesidad de tocarme ni nada, me corrí como dos veces antes de que él se corriera jadeando sobre mi espalda. Sudorosos nos tumbamos en la cama y después nos fuimos a la ducha a limpiarnos, donde nos calentamos nuevamente y lo volvimos a hacer. 

Espero que entienda que esto ha sido un día «tonto» y se quede aquí, que normalmente es lo que supongo que sucede en estos casos donde hay diferencia de edad, siendo él más joven, pero ante la duda, le dejé caer varias veces que yo era muy independiente y no quería nadie en mi vida, estuvo muy bien, pero eso es todo. 

 

Oaipa