Tengo un hijo de edades tempranas. Como muchas de vosotras, seguramente, mi vida consiste en ir a trabajar y cuidar, jugar y entretener a mi hijo. En mi caso, somos familia de parque. Al salir del cole, vamos al parque, merendamos y nos volvemos a casa listos para la rutina nocturna. 

En el parque tenemos ya una pequeña familia hecha de varios niños y niñas de su edad, que solemos vernos jugando, en cumpleaños o incluso en algunas comidas que organizamos entre todos.

El caso es que en los últimos meses dos de esas familias nos han dado la sorpresa de que están esperando un bebé. 

Mi hijo es hijo único y de momento se quedará así, así que debió de hacerle mucha gracia que algunos niños del parque fueran a tener hermanitos y decidió, por cuenta propia, que él tambien iba a tener uno.

Hasta aquí, todo normal y lógico, un poco de imitación, un poquito de envidia.. 

Desde ese día empezó a decirle a la gente que veíamos que iba a tener un hermanito. Obviamente, todo el mundo se giraba a felicitarme con una cara de sorpresa y una sonrisa de oreja a oreja diciéndome: 

-¿Si?

Y yo, más sorprendida que ellos, les respondía:

-¡¡No!! Es que ahora se le dio por decir eso, pero no es verdad, je, je.

Estuvo semanas con ese tema pero después parecía que ya había pasado un poco y dejó de decirlo tan a menudo. Hasta que un día en casa, mientras comíamos, se puso a contar las personas que estábamos, cuántos seríamos si vinieran los abuelos… y entonces, en ese momento, que estábamos en casa mi marido, mi madre, el niño y yo, dijo:

-¡Ah, no! ¡Casi me olvido…somos 5!

Pensamos que no había contado bien, así que decidimos ayudarle:

-No, cariño, mira, uuuno(señalando a la abuela), doooos(señalando a papá), treeees(señalando a mamá) y cuatro(señalándolo a él).

Esas fueron mis cuentas, que él acertó a corregir rápidamente repitiendo lo que yo había hecho.

– Noo mami, mira, uuuno(señalando a la abuela), doooos(señalando a papá), treeees(señalando a mamá),cuatro(señalándolo a él) y cinco, que te olvidabas de mi bebé (señalándose la barriga).

A partir de ese día, contaba a su bebé para todo. Siempre éramos uno más allí donde fuéramos.

Cuando le preguntábamos decía que tenía 1 año, así que intenté explicarle cuánto tiempo están los bebés en la barriga.

Como vimos que la historia se alargaba y le gustaban mucho los muñecos que veía en las tiendas de juguete, pensamos que podríamos regalarle uno aprovechando que sería su cumpleaños. Ya fuimos preparando el terreno diciéndole que pronto tendría a su bebé fuera de la barriga, que podría llevarlo a todas partes…

Y, ¡llegó el día! Abrió su regalo emocionadísimo ya por la mañana antes de ir al cole, la llevamos hasta la puerta del cole en su mochila de porteo, la cuidaba, le daba besos, la tapaba… era realmente como si acabase de tener un bebé de verdad en sus brazos. Me pidió que se la llevase al cole cuando saliera para llevarla al parque.

Y así lo hice. Se la llevé, la puso contentísimo en su mochilita y entonces le dije:

  • ¡Qué bien, cariño! ¡Ya ha nacido tu bebé, ahora ya la puedes llevar a todos lados!
  • Nooo, mamá! Esta se llama Bonita y es otra bebé, Daniela sigue en mi barriga y no va a nacer,  ¡nunca!

Y aquí seguimos, después de 4 meses ampliando la familia día a día, porque Daniela le dice a mi hijo desde su barriga si tiene hambre, sueño, o ganas de gritar. Solo espero que si sigue en casa dentro de unos años, empiecen a considerarnos familia numerosa.

 

Escrito por Kerasi