Hace ya más de 5 años que mi padre me dijo que no iba encontrar trabajo por ser gorda. ¿Y sabes qué ha pasado en estos 5 años? Que me he convertido en Directora de Marketing.

Yo soy de Santander pero nada más acabar mi carrera decidí marcharme a París a completar mis estudios y trabajar. Después de un par de años aterricé en Barcelona y en aquella estupenda ciudad viví 4 años de aventuras.

Hasta que un día, me eché novio en Santander y acabé volviendo a mi ciudad.

Para las que os habéis mudado, sabéis que empezar de cero es complicado, sobre todo si no te mudas por trabajo. Pero bueno, tenía muchas ganas y estaba muy enamorada. El problema vino, cuando me di cuenta de que volver a Santander suponía volver a tener contacto estrecho con mis padres.

Como algunas de vosotras, me ha tocado uno de los mayores retos personales: crecer en una familia gordofóbica. Por qué no decirlo: yo me sentido exuberante y preciosa y creo, que eso, les jode aún más.

Me costó 4 meses encontrar trabajo, pero créeme, fueron los peores 4 meses de mi vida.

Mis padres, para poder vivir con ellos hasta que encontrara trabajo, me pusieron la siguiente condición: Debía adelgazar 20kg.

Ellos se habían montado un plan perfecto y según llegué de Barcelona, ya tenía cita en una nutricionista y ya estaba puntada al gym.

Mi padre, todas las mañanas me decía que tenía que adelgazar todo lo rápido que pudiera para encontrar trabajo cuanto antes. Porque claro señoras ¿Cómo vas a encontrar trabajo siendo gorda? Fomentemos la pérdida irresponsable de peso, los complejos, las inseguridades y aplaudamos una baja autoestima, claro que sí ¡Que no se diga coño!

Mi madre, por su parte, todos los días me intentaba convencer para que fuera al monte a andar. ¡Ojo! No te creas que de una manera amable y empática ¡Ja! ¡Que te lo has creído!

Todos los días me sometía a chantaje emocional e intentaba convencerme de que si no me pasaba 3 horas al día sudando era porque no me quería a mí misma.

Resumen de la historia:

Perdí toda la confianza en mí misma que tenía, me volví un ser dependiente y  recuperé los miles de complejos que tanto me había costado dejar atrás.

Y si te soy totalmente sincera, hasta yo, en algunos momento pensé que no podría encontrar un trabajo por ser gorda.

Empecé a acudir a las entrevistas de trabajo con ropa negra y holgada. Por no hablar de mi actitud. Me sumergí en un profundo SPM constante que no me dejaba disfrutar ni de mi vida ni de mi pareja. Y mira, por aquel entonces pesaba 80kg (mido 1.78m), vamos, que mucho sobrepeso no tenía. Pero créeme si te digo que me sentía la mujer más gorda y despreciable de la galaxia.

Más o menos hacía 1 entrevista por semana y como es normal, en algunos sitios me cogieron y yo decliné la oferta, y en otros lugares no me seleccionaron. Como nos pasa absolutamente a todos cuando buscamos empleo ¿No?

Yo era incapaz de decir en mi casa que no había sido seleccionada en ciertas ofertas porque la reacción siempre era la misma «Es que no vas a encontrar trabajo por ser gorda» «Que vergüenza de hija» «No sé porque te presentas estando gorda» «No tenías ninguna oportunidad» «No vas a encontrar nada porque eres gorda»

Era agotador, terriblemente agotador y muy dañino para mi persona.

Si has estado en mi mismo lado del panorama, me encantaría abrazarte muy fuerte y decirte mil veces que eres increíble. Nadie que no haya pasado por situaciones así puede imaginarse cómo puedes llegar a sentirte.

Al de 4 meses encontré un trabajo que tenía muy buena pinta.

En cuanto cobré mi primera nómina salí pitando de casa y me fui a vivir con mi novio. ¿Las cosas mejoraron? Pues mira, no te voy a engañar, me costó algo más de dos años limpiarme de toda la mierda que mis padres me echaron encima durante 4 meses. Y todas esas sensaciones repercutieron, en muchas ocasiones, sobre mi pareja.

Cuando me contrataron, me hicieron un contrato de indefinida con 1 año de prueba. Bueno, bueno, bueno… mis padres se pasaron 1 año mandándome planes nutricionales, trucos infalibles para adelgazar, ejercicios raros y videos de mujeres con 300kg.

Porque claro ¿Cómo podrían haberme contratado por mis aptitudes? ¿Cómo iba a encontrar trabajo de calidad siendo gorda? Seguramente me habían contratado porque pensaban que iba a adelgazar en algún momento. Si eso no sucedía acabaría en la calle de nuevo.

Bueno ¿Pues sabes lo que te digo? Que una vez más, las cosas se ponen en su sitio por sí solas y vuelvo a sentirme una mujer exuberante y preciosa.

He pasado los últimos 5 años con un sobrepeso de 20kg, trabajando en lo que me gusta, escalando puestos y desde hace 3 años, puedo decir con orgullo que soy Directora de Marketing de un gran grupo empresarial formado por 9 empresas.

¡A TOMAR POR CULO!

 

Anónimo