Mi pareja se suicidó y me costó 10 años volver a creer en el amor (y perdonarme a mí misma)
Relato escrito por una colaboradora basado en la historia real de una lectora.
Ojalá hubiera sabido entonces lo que sé ahora.
Ojalá hubiera entendido qué era lo que pasaba y hubiera podido ayudarle.
Pero no pude y no fue mi culpa, nada de lo que pasó lo fue. Eso lo sé ahora, pero me llevó mucho tiempo averiguarlo. Porque mi pareja se suicidó y me costó 10 años volver a creer en el amor (y perdonarme a mí misma). Porque durante mucho tiempo me castigué por no haberlo visto, por no haber llegado a atisbar el infierno en el que vivía la persona que más quería en el mundo.
Mi corazón se rompió en pedacitos tan pequeños que creí que me moría. Y luego creí que jamás podría volver a ser feliz. Ni mucho menos a enamorarme.
Es que tampoco quería.
No podía imaginarme compartiendo mi vida con nadie que no fuera ÉL. ÉL, que ya no estaba. ÉL, que aquella mañana se había levantado, seguido su rutina mañanera como cualquier otro día y se había ido al trabajo después de darme un beso suave en los labios. Como siempre. No me dio ninguna señal, se despidió como lo hacía a diario y se fue.
Y nunca regresó. No me dio explicaciones ni la oportunidad de decirle adiós. Me quedé sola, destrozada y llena de dudas. ¿Por qué lo había hecho? ¿Cuánto tiempo llevaba sufriendo? ¿Siempre había sido así de infeliz? ¿Podía haber hecho algo? ¿Lo había hecho por mi culpa?
Mi pareja se suicidó y me costó 10 años volver a creer en el amor (y perdonarme a mí misma)
Necesité mucho tiempo, ayuda y terapia para recuperarme, aunque una parte de mí nunca lo hará del todo. Pero la vida seguía para mí, por más rota que me hubiera dejado. Me obligué a sacar fuerzas de donde no las había y, muy poquito a poco, salí adelante. Tal vez no pudiera volver a encontrar el amor, no obstante, sí podía intentar seguir disfrutando de mi familia, de mis amigos y de las cosas que me gustaba hacer.
Y, precisamente gracias a una afición, fue como le conocí. Al hombre que se apuntó a las mismas clases de pintura que yo. Un par de horitas que eran para mí y, con el paso de las semanas, terminaron siendo para mí, para los pinceles, para tomar un café con él al salir, para dar un paseo juntos, para charlar hasta las tantas…
No sé en qué momento me di cuenta de que ese hombre me hacía sentir cosas. Que había resucitado partes de mí que creía muertas. Y entonces salí corriendo.
Me sentía mal, no podía enamorarme. Diez años y tanto esfuerzo después, volví a hundirme en la pena. Porque sentía que le traicionaba, que no estaba bien.
Mi pareja se suicidó y me costó 10 años volver a creer en el amor (y perdonarme a mí misma)
Menos mal que al final cedí. Solté el lastre al que me aferraba y me dejé llevar.
No recuperé la felicidad al enamorarme, me volví a enamorar porque trabajé mucho en volver a ser feliz. Me llevó diez años, pero al final lo conseguí.
Anónimo
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