De pequeña, solía quedarme muchas veces a dormir o a pasar el día en casa de mis abuelos, que vivían muy cerca de mí.

Una semana, mis padres me dejaron allí durante un par de días. Todo habría sido perfecto si se hubiesen acordado de traerme mis juguetes, pero no fue así. Al principio tiré de la estupenda imaginación infantil que la vida nos da en esa época, pero claro…llegó un punto en el que no era suficiente. Me empecé a aburrir como una ostra y ya no sabía qué inventar.

Así que fui a una de las habitaciones de la casa a sentarme en el escritorio para dibujar algo. La silla era un poco rara y, mientras dibujaba, no me estaba sintiendo muy cómoda, así que estuve probando varias posturas en búsqueda del confort… pero resultó ser que aquello que descubrí iba más allá de él. Con medio cuerpo fuera de la silla y la pierna que daba al exterior de ella “bicicleteando” que ni Induráin, aquel gustirrinín molaba demasiado como para no continuarlo hasta el infinito.

Una punzada de gustito místico me estaba dando toquecitos ahí abajo y los ojos se me estaban poniendo del revés cuando…

¡Pero niña! ¿Qué haces? -. Interrumpió mi abuela al entrar en la habitación.

Pues dándome cosquillitas en el bollete, abuela -. Dije yo toda formal y sincera, aunque ya por el tono en el que me lo preguntó mi abuela no me había parecido que me fuese a felicitar precisamente.

Pero, ¡¿p-pero de dónde ha salido esta niña?! ¡Ay, madre mía! ¡Eso no es de señoritas Paula! ¡Eso no se puede hacer! -. Gritó a pleno pulmón – Menos mal que he sido yo la que te ha pillado y no tu abuelo, ¡qué vergüenza! Sal de ahí, anda.

Mi abuela me sacó de la habitación y retiró mis dibujos de allí. Desde ese día tenía que dibujar en la mesa del salón, junto a ellos.

Aprendí pues la errónea lección y para mí el tema de la masturbación se convirtió en algo tabú y negativo, así que no volví a tocarme aquello hasta ya llegados los 18, cuando me eché mi primer novio.

El sexo con él estaba bien, pero, aunque él lo intentaba con su mejor intención, no conseguía disfrutar al 100% ni llegar al clímax, ya que su forma de tocarme a veces me molestaba o me llegaba incluso a doler, y yo no conocía bien mi cuerpo, por lo que era imposible tampoco hacerle de guía.

Alentada por él, me propuse tocarme con el objetivo de conocerme mejor.

Llegó el día y me puse manos a la obra. Me toqueteé toa’ y descubrí un mundo nuevo de fantasía. Aun así, a veces sentía que me faltaba algo. Algún complemento que añadiese más magia al cuento fantástico. Como buena estudiante sin dinero, cogí lo primero que pillé: un pepino que había por casa.

Ups! Está demasiado fresquito, casi que espero a que se caliente. 

Ya. 

Bueno, pero no me lo voy a meter así a palo seco, ¿no? Habrá que ponerle algún tipo de mpreservativo. Ui, espera, IDEAZA: papel film.

Qué delicada yo.

El caso es que me puse al lío y dale que te dale Manuel.

Aquello fue mi compañero de batallas durante bastante tiempo, pero una acaba necesitando más calidad. En cuanto pillé algo de dinero, me metí en la página de EasyToys y flipé con la de variedad de fantasía que vi allí. Me compré mi primer succionador de clítoris y el vibrador Lily.

La verdad que ha sido la etapa de mayor masturbación de mi vida: cuando estaba triste, cuando estaba feliz, cuando sentía estrés…en el sofá, en la ducha, en el baño…

Mi novio, que ya me había “pillado” en alguna ocasión (ya que nos fuimos a vivir juntos pronto), se reía y me pedía por favor que le dejase algo a él. Y así fue. Nuestro sexo mejoró un 1000%, y mi disfrute igual o más gracias a los juguetitos que descubrí en EasyToys. Al poder conocerme a fondo, pude guiar a mi pareja, que se puso las pilas rápido, además se saber guiarme a mí misma, y nuestras relaciones subieron a otro nivel.

Si os entra el gusanillo y queréis descubriros más a vosotras mismas, sin duda alguna podéis depositar vuestra confianza en su web y descubrir todas sus maravillas.

Ains…muchas veces me pregunto qué hubiese pasado si hubiese seguido masturbándome todos los años que no lo hice, si no lo hubiese interiorizado como algo tabú y si me hubiese conocido como me conozco ahora.

Desde luego, otro gallo habría cantado.

Recordad que en Easytoys celebran el Pink Friday, que es el 26 de mayo. Tendrán grandísimos descuentos desde este día hasta el 31 de mayo.

Con el código WLS2023  tenéis 10 eur de descuento en pedidos mínimos de 50, válido durante todo el año, y aplicable a otros descuentos de la web.

 

 

 

Post patrocinado