Mientras dure el verano es, como su propio título indica, uno de esos libros para leerse mientras dure el verano.

Os lo digo convencida, a pesar de que yo me haya leído en dos días de primavera, porque el libro te arroja el verano con todas sus letras a tu cara.

Es una novela romántica de esas que no caen en el romanticismo elevado a la máxima potencia que tanto nos gustan ahora. Si te has leído algún libro de Megan Maxwel o Elisabet Benavent y te han gustado, éste también lo hará. Seguramente su autora, Lucía Gil, te suene mucho pero no como escritora ya que esta es su primera novela.

En los últimos meses, yo he llorado cada vez que escuchaba su canción «Volveremos a brindar» y seguro que tú también te has emocionado con ella, imposible no hacerlo pero lo cierto es que no se lo voy a tener en cuenta porque lo ha compensado con las sonrisas que me ha sacado con cada página del libro.

Mientras dure el verano va de amigas, de ciudades paseadas, de trabajos que se odian y otros que se aman, de amor, de olvido, de vida. 

Y es que es imposible no encontrarse reflejada a una misma en algún momento de su vida entre los renglones de la vida de Vera o de alguna de sus amigas, Zoe y Nuria. Tres chicas de veintitantos que se comen Madrid mientras arrancan hojas al calendario.

Sus vidas, esas llenas de cosas cotidianas se ven salpicadas de pequeños momentos que hacen que todo sea grande. No te encontrarás en sus páginas vidas de ensueño y viajes hacía ninguna parte sin fecha de vuelta pero si sonreirás cuando al pasar la página te transportes a esa escapada con amigas del verano pasado, a esa puesta de sol que querías que no terminara nunca o apuntes el próximo destino de tus vacaciones. Porque Mientras dure el verano puede ser el verano de cualquiera, y en eso reside la mayor magia de sus casi  500 páginas.

Vera, Nuria y Zoe no están solas. A su lado, esos satélites que las acompañan : familia, amigos, compañeros de trabajo, gente que se cruzan por casualidad…. A algunos los aman mucho y a otros un poquito menos y te aseguro que tú no te quedarás indiferente. Yo, desde aquí, confieso mi amor hacía Leo, aunque según el capítulo no sepa muy bien porque le quiero. Yo, por ejemplo, sé que me perdería en la mirada de Dani sin haberle visto los ojos.  Yo, probablemente, no sería tan valiente como Vera ni aunque solo viviera en las páginas de un libro. Yo, aprovecho y confieso algo más: Lorena tiene la cara de esa influencer que sigues pero que no te cae del todo bien. Todas tenemos, al menos, una así.

Mientras dure el verano es uno de esos libros que te hacen leer más rápido porque te mueres de ganas de saber más pero a la vez no quieres que se acabe nunca. Son un conjunto de páginas frescas, de fácil lectura de esos que, como os dije al principio, te pueden acompañar a esa tumbona a la sombra del chiringuito en los próximos meses o quedarse contigo, en tu mesita de noche esperando a que abras los ojos el domingo por la mañana y sigas devorándolo.

Y hasta aquí puedo leer.

 

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