Cuando has llegado al restaurante él ya está dentro, esperando, y se pone de pie para recibirte. Te coge de la mano y te acaricia, te mira fijamente a los ojos y sonríe. Es vuestra segunda cita y parece que os conocierais de toda la vida. «Tenemos que vernos más, me encantas», te dice mientras brindáis con una copa de vino.
Lo que no sabes es que tras esa noche nunca más volverás a verlo. Ya te ha conseguido. Y ya ha perdido todo el interés en ti.
Pensabas que todo comenzaba a arrancar, que habíais conectado. El mostraba mucho interés, te ponía en primer plano y de pronto algo cambia. Te contesta más tarde de lo normal cuando tú le contestas al momento y con mensajes escuetos o sin interés. Deja de interesarse por cómo te va. Olvida los planes que él mismo proponía. O pasa de ti y no te contesta. O directamente te bloquea en el whatsapp.
Y tú te preguntas ¿qué he hecho mal? Porque si todo era tan fantástico, ¿qué ha pasado para que lo hayas ahuyentado? El error está en pensar que la culpa es tuya. No fue tu pelo o el maquillaje cargado, no fue que le abrieras el corazón y se asustara, ni que seas mala en el sexo. Sencillamente no tiene nada que ver contigo.
Algunas personas ven el amor como un juego, el corazón de alguien como un juguete con el que entretenerse. Y cuando han seducido a su presa con su labia y la tienen madura y presa para arrancarla, hacen con ella lo que quieren. Después, cuando han conseguido su objetivo el juego deja de ser novedoso y se marchan en busca de un nuevo desafío.
El síndrome del cazador que deja de cazar cuando tiene a la presa. El problema de esas personas es que están enamorados de la idea de estar enamorado, pero eso rara vez suele llevar a alguna parte. Por muy intensa que sea tu pasión. Podría parece que ellos nunca se enamoran, pero no es cierto. Y cuando lo hacen suelen enamorarse de un igual, y lo pasan fatal.
Podrán pasar muchas chicas maravillosas delante de sus ojos, que no verán a ninguna. Hasta que de pronto conozcan a una que les rompa los esquemas y se sientan finalmente cazados.
