Hoy os voy a hablar de Christian, un tío de Ávila que conocí en verano. Ligar en la provincia es una mierda pinchada en un palo, porque en Tinder conoces a todos (y con total seguridad 2 de los 10 tíos guapos son familiares tuyos, cosa que es un NEXT absoluto).

A Christian me lo presentó una amiga porque teníamos gustos musicales en común. Además, yo acababa de dejarlo con mi ex después de años y años de relación tortuosa y necesitaba una alegría. Él era de estos fuckers que jamás se compromete, cosa que me iba que ni pintada. Total, que hablamos por WhatsApp durante una semana y un buen viernes coincidimos de fiesta. Nos enrollamos y empezamos a quedar con el único fin de darnos el lote y echar un polvete.

Un buen día llegó la gran conversación. Christian me explicó que no quería nada serio, que quería disfrutar y poder conocer a más gente, y que le gustaría que lo nuestro fuese algo físico. Yo le dije que me parecía fenomenal, que yo ahora mismo lo último que quería era comprometerme o tener una pseudorelación y que mientras ambos estuviésemos de acuerdo, palante’.

Todas las semanas él me recordaba que no me pillase y yo me reía en plan “pero chaval, que ya”. A más insistía, más me agobiaba yo. Algo raro había.

Total, que el verano acabó y yo me tuve que mudar por trabajo. Primera semana fuera de Ávila y me llega un mensaje al WhatsApp de Christian diciéndome que estaba enamoradísimo, que quería una relación a distancia conmigo y todas esas cosas que yo no quería oír, al menos en ese momento.

No me malinterpretéis, cualquiera puede cambiar de opinión y yo también me he pillado por tíos cuando no me lo esperaba. El problema no fue su declaración de amor, sino su reacción ante mi respuesta.

Le dije que yo no me sentía igual, que era un tío majísimo y que me lo había pasado genial en verano, pero que no quería nada serio y que fui sincera siempre con él. Él se cabreó y me dijo que no tenía sentimientos, que había jugado con él y que no quería saber nada de mí. Me fue llamando puta por toda Ávila y cada vez que me cruzó con sus colegas murmullan, se ríen y me insultan. Sí, son tíos de 30 años con la mentalidad de una ameba sexista.

Corté toda la relación con Christian y me di cuenta de que hay muchos tíos como él, los “no-te-puto-pilles”, o así los llamo yo. Van de empotradores, vividores independientes y alérgicos al compromiso, pero cuando una mujer pasa de su culo su frágil masculinidad tóxica se ve tan deterioridada que atacan. Les molesta no gustar (como a todos, imagino) y lo gestionan haciendo daño, insultando o soltando comentarios tremendamente machistas.

Querido Christian, yo seré una puta si eso te hace dormir mejor por las noches, pero tú eres un adulto inmaduro con graves problemas de autoestima y cariño, eso sólo se cura con terapia.

Resultado de imagen de ok fuck you