Este verano he decidido acortar (sólo un poco) la lista de mis lecturas pendientes e hincarle el diente a la última novela de Diana de Paz, ‘Nada menos que Max’. En su libro, nos introducimos de lleno en la vida de Clara, en su círculo de amigos y en las inquietudes del Madrid de una chica de ventitantos que aún no llega a comprender muy bien el mundo en el que vive.
Sin entrar ni destripar la historia os diré que hacía tiempo que una lectura no me hacía cuestionarme – y revisarme también- tantos conceptos y privilegios. Diana pone palabras a muchísimas voces que hoy en día han sido silenciadas o bien no escuchadas lo suficiente. Temas tan importantes como la transfobia, el feminismo, la gordofobia, el lobby farmacéutico son tratados de una forma juvenil y sencilla que hacen que el lector a lo largo de la novela vaya revisando y actualizando su opinión al respecto.
Diana de Paz no sólo ha escrito una historia, también se ha atrevido a denunciar los problemas que vive una chica por no entrar en una talla 38, las dudas que cualquiera podemos tener frente al feminismo o la incomprensión a la que se ve sometida diariamente la comunidad LGBTIQ+. Diana alza la voz y defiende que en una relación también se puede violar, que hay historias de amor más allá de las convencionales, que la amistad es tolerancia y que nunca es demasiado tarde para cambiar los paradigmas en los que vivimos.
Los personajes de Nada menos que Max son personajes reales, con miedos, incertidumbres y certezas que se van desmoronando al conocer otras realidades. Clara nos enseña a cuestionarnos, a emprender un viaje a través del autoconocimiento y que el amor es amor, independientemente de la forma en la que se presente.
Hacía mucho tiempo que no leía una ficción tan implicada socialmente, con unos personajes con los que puedes estar más o menos de acuerdo, pero que son un fiel reflejo del mundo en el que vivimos. Sin duda la novela me parece una lectura maravillosa y recomendada para todos aquellos que quieren atreverse a cuestionarse un poco más, pero en especial para un público joven que aún no sabe cómo pensar con criterio propio y que se siente perdido entre la marea de conceptos, ideologías y realidades tan diferentes entre sí.
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