Día sí y día también nos llegan al foro hilos de chicas con el ánimo y la autoestima por los suelos porque a su pareja, ligue, follamigo o whatever se le ha bajado la erección durante el polvo. Automáticamente piensan que es porque no está lo suficientemente excitado y se echan una losa de culpa sobre ellas mismas.

Otras veces es el propio tío el que echa balones fuera… Es triste, pero no sabe gestionar su orgullo de machito herido y ataca (ni que su valor se midiese por la dureza de su polla).

Yo hoy vengo a romper tabús, a curar egos heridos y a hablar sobre ese terrible y desconocido enemigo llamado gatillazo.

¿Qué es un gatillazo?

Si nunca has oído hablar de este palabrejo porque eres de Marte o porque en tu país se denomina de otra forma, el gatillazo es la pérdida de la erección mientras se están practicando relaciones sexuales. Suele aumentar el riesgo a medida que el hombre envejece (sobre todo a partir de los 35 años), pero cada vez es más frecuente a todas las edades.

En concreto, la Organización Mundial de la Salud estima que el 50% de los tíos ha tenido un gatillazo alguna vez en su vida. Según la Organización Mundial de Fantasmones, el 99% de los tíos te dirán que “esto no había pasado nunca”.

¿Es grave doctor? ¿Por qué Dios inventó los gatillazos?

La mayoría de los gatillazos son psicológicos.

  • Porque ha visto demasiado porno y tiene el sexo idealizado. Luego llega la hora de la verdad y como ha acostumbrado a su pene a los estímulos visuales del porno (que suelen ser muy lejanos a la realidad), eso no lo levanta ni Dios.
  • Porque le preocupa tanto follar mal, que su rabo cae antes del combate. Si centra toda su atención en hacerlo de diez, deja de disfrutar. Esta preocupación excesiva desemboca en un gatillazo. Lo más chungo es que puede formarse un círculo vicioso. Si cada vez que follas te pones a pensar “es que no quiero tener otro gatillazo” lo más probable es que acabes atrayéndolo.
  • Porque está estresado. El exceso de cortisol (la hormona del estrés) puede desembocar en el temido gatillazo.
  • Porque va más pedo que Alfredo. El alcohol puede aumentar las ganas de follisquear pero, irónicamente, disminuir la capacidad para poder hacerlo. Esto es aplicable a otras drogas.
  • Porque está triste. El estado de ánimo influye muchísimo en la respuesta sexual. No sé a ti, pero a mí no me apetece ponerme a echar un polvo cuando estoy de bajona o con ansiedad. Pues a su rabo le pasa lo mismo.

 

Como vemos, en la mayoría de los casos el gatillazo es algo momentáneo que puede convertirse en un problema si le damos más importancia de la que tiene. Tomáoslo con humor y quitadle importancia, porque no la tiene. No es motivo para avergonzarse, sólo es una respuesta fisiológica totalmente normal.

 

Redacción WLS