Yo no soy Cenicienta ni aspiro a serlo. Si soy sincera no recuerdo la última vez que volví a casa de fiesta a las 00:00, soy más de acabar en un after cochambroso. Tampoco he perdido un zapato jamás, sobre todo porque no llevo tacones, pero sí las bragas. Tengo ropa interior olvidada en casas ajenas y sé que nunca las recuperaré. Son recuerdos de orgasmos o al menos así lo veo yo.

En mi vida no hay madrastra ni hermanastras. Tengo una madre maravillosa con la que puedo hablar de todo y un hermano que vive en la otra punta del mundo y que, como yo, no tiene ni idea de lo que quiere hacer con su vida.

Tampoco tengo una madrina, pero sí muchas amigas fantásticas. Cris, Reme, Ana, Patricia y Maribel. No necesitan agitar ninguna varita para arreglarme el día porque con un audio de WhatsApp ya me estoy descojonando de la risa.

No se me da bien limpiar y me preocupa seriamente que un día mi baño se inunde por la cantidad de pelos que hay en el sumidero de la ducha. Un día lo intenté quitar pero me dieron arcadas y desistí. Si algún día muero, se me comerá la mierda.

Resultado de imagen de cinderella

Supongo que no estoy hecha para ser una princesa, al menos de Disney, pero tampoco me quita el sueño. Digo palabrotas, me tiro eructos y hago videollamadas a mis amigas cuando estoy haciendo caca por que es mi único momento de serenidad y tiempo libre. Supongo que no soy la definición de “chica fina” precisamente.

No quiero un príncipe, pero tampoco un actor porno. No me gustan los fanfarrones, así que si un tío me vende la moto y finge ser alguien que no es, soy más rápida que El Correcaminos a la hora de huir.

No necesito que paguemos a medias la cuenta ni tampoco que me acompañes a la puerta de casa. Hace tiempo aprendí que la única persona capaz de salvarme soy yo misma, así que deja el escudo y la espada en casa.

Tampoco quiero que al follar intentes aguantar una hora sin correrte. Si tienes un orgasmo, pues lo tienes, ¡ya está! Me da igual que aguantes 15 o 30 minutos, lo importante es que al acabar me comas el coño si yo no he terminado.

Lo único que quiero es ser yo misma y que tú seas tu mismo, sin caretas ni agobios. Ni soy Cenicienta ni tú eres un actor porno, somos lo que somos y con eso nos basta.