Hoy vengo a traeros un debate muy extendido a la hora de buscar pareja y en concreto, cuando solo das con lo peorcito de la sociedad.

Si parece que todos los tóxicos, dependientes, maltratadores, acosadores, egocéntricos, infieles, niños de mamá, traumatizados de la vida, etc. te tocan a ti, te diré amiga mía que algo estás haciendo mal.

Y antes de que os tiréis a mi cuello a decir que también la mala suerte hay que tenerla en cuenta, os diré que sí, que totalmente de acuerdo, en esta vida TODAS hemos conocido a uno o varios (más bien varios) de estos seres y nadie está diciendo que la culpa sea nuestra.

Pero sí es verdad que si casualmente TODOS y cada uno de los tíos con los que terminas teniendo algo son así, es porque tú y solo tú los estás eligiendo. Porque sea lo que sea, tienen algo que te atrae y hace que termines repitiendo patrones.

De conocer a un gilipollas nadie te libra, eso está muy claro, el típico tío que por el Whatsapp o en las primeras citas parece una cosa, pero que con el tiempo va asomando la patita y te demuestra lo estúpido integral que es.

 

                                                                 De este señoras no te libra nadie.

Pero yo quería hablaros de una serie de hombres en concreto que muchas veces se les ve de venir ¡Pero de lejos!

Un gran número de maltratadores entrarían dentro de esta categoría por supuesto, y con ello todos los señoros, los tóxicos, traumados y demás.

Este tipo de tío se les ve de venir, DE LEJOS, esos que en tu primera cita te suelta eso de “yo no soy machista peeeero….” “No, si a mí los homosexuales no me molestan, pero que respeten ¡eh!” “no soy racista soy ordenado” “todas mis ex son unas putas locas del coño” “yo es que con mi madre tengo una relación muy especial (me lava la ropa y me hace la comida con 40 años)” etcétera.

Todo este tipo de perlitas que a una le tendrían que decir algo, pues hay veces que decidimos ignorar todas esas luces de alarma que se nos encienden alrededor de este señor. Porque en el fondo algo te está diciendo que este tío algo tiene, pero decides ver qué pasa.

 

¿Y sabes lo que pasa? Pues lo que tanto sospechabas, que ese tío es tan gilipollas como parecía. Y el problema es que cuanto más pasa el tiempo, más consciente eres de ello, peor en muchas ocasiones ya te encuentran enganchada de él de varias formas.

Llegados a este punto, hay muchas que deciden darle carpetazo y que se vaya con su madre que bastante tienes tú ya con lo tuyo. Pero otras deciden en contra de todo consejo y pronóstico darles otra oportunidad.

Esto puede deberse a varios factores:

  • Baja autoestima

Cuando tú no te quieres bien a ti misma, suele pasar que no dejas que te quieran bien tampoco y por eso acabas con tipos que te quieren a medias y mal.

Para elegir con quien compartir tu vida y tu tiempo, lo primero y más importante es que tú estés feliz y a gusto contigo misma y a partir de aquí podrás elegir a una persona que te acompañe en la vida, no que la llene ni nada por el estilo.

  • Tendemos a lo conocido

Al final esto es una realidad, si hay un patrón de hombre que te atrae, es porque algo dentro de ti se activa.

Está muy bien que a cierta edad los malotes de toda la vida te atraigan, pero llegados a cierto punto esos malotes son realmente maltratadores que pueden acabar contigo.

  • Las salvadoras

Parece que cuanto más traumatizado, más problemas con su madre, más pobrecito es: más te gusta a ti.

De esto tienen mucha culpa las películas y las novelas, el típico chico malo y triste que nunca se ha enamorado hasta que llega ELLA y todo lo cambia.

Y claro dentro de tu cabeza piensas que tú podrías ser esa gran mujer, el amor de su vida que todo lo cambie y seréis felices para siempre. Por eso merece la pena aguantar lo inaguantable porque al final le tendrás a él y como tú quieres.

 

Esto tiene mucho más que ver con una misma que con él, y volvemos al tema de la autoestima, si yo no tengo, buscaré el amor en los demás y no en mí, y por tanto aceptaré cualquier cosa.

Una vez identificado un poco algunos factores es importante entender que, cuando nosotros adoptamos la postura de “es que solo me vienen gilipollas” estás diciendo algo muy significativo sin darte cuenta.

Con esta frase estás dando a entender que tú no tienes ni voz ni voto, y cualquier tío (o casi cualquiera) va a conseguir llega hasta tus bragas y hasta tu corazón sin mucho esfuerzo.

Repito, ninguna estamos libres de rodearnos de este tipo de hombres, pero sí está en nuestra mano aprender que no todo vale.

Que si no puedo ser yo misma con un tío, se burla de mí y de mis valores, no comparte mis aficiones y soy yo la que se tiene que sacrificar en todo, ese tío no merece en absoluto la pena.

 

Debemos empezar a asumir nuestro papel a la hora de elegir con quien compartimos nuestra cama o nuestra vida, y no aceptar a cualquiera que nos ofrezca ese GRAN AMOR o ese gran polvo.

Tú y solo tú eres la que decide quien está a la altura y quién no. Para ello la primera que tiene que tenerlo claro eres tú a partir de ahí decidimos.

Dejemos de tomar esa postura de “indefensión” ante las cosas que nos pasan en la vida, porque en esta tenemos que algo que decir y bien alto. No te conformes con menos, NUNCA.  

 

 

 

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected]      instagram: @aidavallesconsulta_