Una vez alcanzada la treintena miras alrededor y las preocupaciones generales son tener un trabajo, tener una casa, tener una pareja y tener hijos. Y aquí las solteras sentimos que no encajamos en el camino de la madurez. Y a las que les falta la casa y el trabajo ya no os cuento.
Al principio no entendía por qué si soy tan guapa y tan lista no tenía ni un príncipe ni un dentista, como cantaría María Jiménez. Porque tengo un corazón que no me cabe en el push-up y mi mundo interior es precioso, pero nadie quiere hacer turismo. A mí en el amor me dan un fuerte aplauso y el juego del programa.
Y cuanto más tiempo lleves soltera, más te das cuenta de lo poco que necesitas estar en pareja. ¡¡¡Que paren las rotativas!!! Evidentemente hay cosas que se echan de menos y cosas que sigo necesitando como sexo, mimos o que me bajen la basura. Ojalá un Tinder para buscar a alguien que me ayude a poner la funda del nórdico. O que me tienda la ropa. Tampoco pido tanto.
Pero en esta época de la vida me apetece salir hasta tarde a tomar un cocktail a un pub cool, no beberme una botella de vino en la cama discutiendo nuestro futuro. Quiero besarte borracha como una cuba y volver a mi casa sintiendo mariposas en el estómago. Quiero vestirme y lucir estupenda para una cita, y no andar con mi chándal por casa aunque me digas que soy preciosa.
Por una vez quiero conocer tíos y divertirme sin sentir que los dejo entrar en mi corazón, revelando mis secretos, demonios y heridas. No quiero sentirme protegida ni andar en una nube. No quiero rayarme porque no me mandes un whatsapp el domingo. No quiero estar con alguien que pueda significar tanto en mi vida. No quiero depender de nadie. No quiero necesitarte.
Quiero volver a mi casa sola y tomarme un colacao con galletas en pijama, con el sabor de los primeros besos y las promesas de las segundas citas, que pueden o no venir. Quiero liberarme de lo que un novio me hace sentir. Del monstruo de la convivencia. Porque si yo acepto, respeto e incluso aplaudo tu forma de ser, pero que te aguante tu puta madre.
No quiero un amor como el del Diario de Noa ahora mismo. Creo que en algún momento podré sentir algo por alguien con el que quiera soñar pero ahora me siento bastante reticente a conformarme con entregarme a alguien. Ahora mismo prefiero centrarme en mí misma, en mis amigos y tener un buen tránsito intestinal, aunque a veces me mate a pajas.
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@LuciaLodermann

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