Tengo muy claro cual va a ser la mejor aliada para mi piel estos próximos meses de frío: la crema body milk de almendras de Cien.

Sí, como escucháis, la marca de cosmética del Lidl tiene una de las cremas que más me gustan. No me puedo considerar ninguna experta en el sector de la cosmética pero tras veinte años conviviendo con mi genialosa piel atópica, he aprendido mucho sobre lociones.

Os pongo en contexto.

Todos los años, cuando llega el otoño me salen rojeces y la piel me pica muchísimo, por lo que he probado remedios de todo tipo, desde cremas hasta aceites y de todos los precios y marcas. Aún así, un día de suerte la vida me condujo a descubrir esta bodymilk que acabó cumpliendo todos los requisitos para estar en el top más alto de mi aseo.

Para que una crema pueda ascender al pódium, tiene que tener tres condiciones obligatorias: absorción, olor y resultado.

La absorción es imprescindible porque no hay nada más asqueroso, para mí al menos, que salir de la ducha, ponerte tu cremita y sentirse pegajosa o ir con prisas y no poder ponerte tu loción porque sabes que la ropa se te engancha.

Pues esta situación, queridas mías, no os va a volver a pasar porque es aplicarla y olvidarte, a los dos segundos te puedes vestir sin incomodidades.

El segundo factor necesario es el olor. Aquí ya no sé si estaréis de acuerdo conmigo porque para gustos colores, pero si algo busco en una crema es que huela fresca y natural pero que en ningún momento neutralice mi colonia.

Por eso escogí la versión de almendras, puesto que deja un olor dulce pero sin llegar a ser demasiado empalagoso ni pesado.

Para terminar, el último requisito es vital ya que si no hay resultado no sirve para el check en la lista anterior. Lo más importante es el resultado, y siendo sincera, el picor desaparece al instante y las rojeces con pocas semanas de aplicación regular, se van haciendo más pequeñas, dándome de este modo, la esperanza de que pueda verlas desaparecer.

Pero la verdadera prueba de fuego para saber que una crema tiene un buen resultado es hacerse el bigote a contrarreloj, ponerse crema y desear que en dos minutos no quede ni rastro de ese acto atroz que le acabamos de hacer a nuestra cara porque hemos de salir corriendo a la oficina.

Y me encanta deciros, que una vez más la BodyMilk de Cien supera con éxito el examen mostrándome que se merece estar en mi riguroso pedestal de cremas.

Seguro que alguna ha llegado hasta aquí pero aún sigue un poco escéptica pero tengo el último argumento preparado para acabar conquistándola y trayéndomela al equipo Cien. ¡Y es que solo cuesta 1,59€! Así que chicas, id a por ella y ojalá la gocéis tanto como yo.

Aina Ruiz

 

Post NO patrocinado.