Después de tantas semanas de Confinamiento, yo soy una de las “afortunadas” que puede hacer teletrabajo. Cosa que, en el fondo, a pesar de los inconvenientes, agradezco con toda mi alma. Entre otras cosas porque creo que es una de las razones por las que me mantengo más o menos cuerda estos días. Pero si hay algo de lo que me estoy dando cuenta, después de mucho observar y hablar con compañeros a través de videollamadas, es que el teletrabajo nos cambia a todos. Somos como los Gremlins, nos das teletrabajo más de dos semanas seguidas y nos convertimos. Por eso, quiero compartir con vosotros los personajes que seguro que os encontraréis si estáis haciendo teletrabajo como yo:

  • El dejado. Es aquel al que casualmente nunca le funciona la cámara web. Y una vez pase. Pero cuando es algo repetitivo ya huele mal. Vamos, que lo que pasa es que está en pijama teletrabajando desde su cama. Punto.
  • Los padres con superpoderes. Aquellos compañeros que tienen que teletrabajar con uno, dos o hasta tres terremotos encerrados en casa. Hacen malabares para intentar llegar a todo, pero no siempre se puede. Tal es la situación que los niños ya son bienvenidos en más de una reunión, y créeme, cuando acabe esta cuarentena los conocerás a todos y cada uno de ellos.

    Más de uno acabará así
  • El motivado. Es aquel que piensa que esta situación es el mejor momento para retomar todos aquellos proyectos que se habían quedado pendientes. De repente surge de él una creatividad poderosa y no para de planificar, cambiar, rediseñar y cargar de trabajo al resto. Adoras su positivismo, pero estás deseando que le entre la depre para ver si se le pasa.
  • El depresivo. Todo lo contrario al anterior. Es aquel que lleva fatal estar encerrado en casa y cada vez que tienes reunión con él, estás 30 minutos haciendo de psicóloga y animándolo. Trabajar trabaja, pero todo es un poco drama y te deprimes cada vez que hablas con él.

    Yo después de hablar con mi compi depresivo
  • El que ni siente ni padece. Es aquel que parece que no se ha enterado de que ahora trabaja desde casa. Él se levanta a su hora de siempre, se ducha, se afeita, se enfunda su traje y se sienta a trabajar hasta que llega su hora. A veces piensas que has estado trabajando con un robot todo este tiempo y no te habías dado ni cuenta.
  • El controlador. Es aquel que parece que no puede vivir sin reunirse con el equipo y no para de convocar reuniones para ver cómo avanzamos. Normalmente este papel suele recaer en los jefes, pero si compartes proyectos con otros compañeros, seguro que te has encontrado con más de uno de estos.
  • El nuevo fit. Aquel que hasta el confinamiento no pisaba un gimnasio desde hace meses. Pero ahora de repente a las 18 tiene que irse porque tiene clase de HIIT y a media mañana ni se te ocurra convocarle a una reunión, que a las 12 tiene clase de Yoga.

    Me canso sólo de verlo
  • El obsesivo. El que no sabe poner límites. Te manda correos a las 9 de la noche o en fin de semana, y cuando enciendes el ordenador a las 8 de la mañana ya te está escribiendo por Skype para reclamarte algo. ¿En serio? ¿Pero la gente no duerme o qué pasa?
  • Don perfecto. Es aquel al que nunca pillarás desprevenido. Tendrás una videollamada y estará impecable. Tendrá tiempo para entregar todo a tiempo. En los cafés virtuales semanales siempre estará feliz y motivado. Nunca perderá la sonrisa y el sentido del humor. Te dará mil ideas para hacer cosas en casa. Y tú lo adorarás y odiarás a partes iguales.

    Impecable vamos

¿Y vosotr@as? ¿Añadiríais algún personaje más? Y lo más importante ¿Cuál sois vosotr@s?