Nos queda mucho por recorrer, esta es una verdad inamovible, y noticias como la que os traemos hoy no puede dejar más en evidencia esta sociedad en la que vivimos. Hace ya algunos días que este titular ocupaba las cabeceras de muchos medios en todo el mundo: La selección femenina de balonmano playa acababa de ser multada por la Federación Europea por negarse a jugar luciendo esa ya clásica braguita de bikini. En su lugar las deportistas vistieron unas mallas muy similares a las que utilizan los hombres que participan en este deporte. La Federación consideró que esta selección estaba incumpliendo el reglamento en cuanto a vestimenta se refiere así que decidió que cada una de las jugadoras deberían ser sancionadas con 150 euros de multa.

Ni más ni menos, y es que la Federación se apoyó en esa norma reglamentaria que dice que los equipos femeninos deben competir siempre con una ceñida braga tipo bikini mientras que los hombres deben hacerlo con pantalones no demasiado anchos pero que sí cubren buena parte del muslo de los jugadores. No conozco lo suficiente este deporte como para comprender los motivos de esta distinción de atuendo, aunque tras investigar un poco he llegado a la conclusión de que no existe ninguna razón técnica que justifique el uso de una braga de bikini más allá de la estética del propio juego.

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Esto quiere decir que simplemente por estética, por ese sexismo que todavía ocupa buena parte del deporte, un equipo completo puede sufrir una sanción monetaria al salir al campo sin mostrar la carne suficiente. De repente estamos en el siglo XIX y todo el trabajo feminista no ha servido para absolutamente nada.

Por suerte las redes han sabido responder a esta sanción levantándose en contra de esta Federación aportando ejemplos que dejan constancia de las terribles distinciones que todavía se llevan a cabo entre equipos masculinos y femeninos. Muchas y muchos se han preguntado cómo en la época en la que vivimos unas mallas pueden ser motivo de sanción económica. Y entre todas esas personas que se han unido para apoyar a las deportistas holandesas destacó el mensaje enviado por la cantante Pink. La artista ya ha demostrado en otras ocasiones su claro posicionamiento en la lucha feminista por lo que no dudó un segundo en mostrar todo su apoyo a esta selección.

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‘Estoy muy orgullosa del equipo femenino de balonmano playa por haber protestado contra unas reglas muy sexistas en torno a sus uniformes. La federación europea de balonmano debería ser sancionada por sexismo. Muy buena, chicas. Seré muy feliz pagando vuestras multas en vuestro lugar. Seguid así.’

Solicitando que sea la Federación Europea la que deba ser juzgada por sexismo y ofreciéndose a pagar de su bolsillo las multas contra las deportistas, Pink ha aportado su granito de arena a un caso que no debe quedarse en el olvido y que más bien debe de abrir las puertas al cambio.

Lo cierto es que desde lo ocurrido no han sido pocos los equipos y profesionales del deporte que se han mostrado reacios a las sanciones por parte de los organismos oficiales. Se comienzan ya a pedir explicaciones con base sólida que obliguen a las mujeres a vestir de una manera y a los hombres de otra cuando, al fin y al cabo, están desarrollando el mismo deporte. Quizás este sea el comienzo de ese cambio tan importante para lograr una igualdad real y no de pacotilla.

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