¿Quién no ha querido probar el anal y en vez de un gusto infinito se ha llevado un pinchazo de los pies a la cabeza? 

El experimentar y el probar es lo que tiene, a veces te llevas un sorpresón de gozadura brutal, y otras una punzada que te hace saltar lágrimas como puños. Creo que no conozco a nadie que no haya intentado hacerlo. 

Las primeras veces que quise probarlo, inexperta por completo, no me detuve más de 5 minutos en preparar la zona ¡así que sentí de todo menos gusto! Un pinchazo que recorrió mi columna vertebral rebotando en el cerebro y bajando por las piernas, me retorció los pies. Me dejó tan mal sabor de boca y tanto dolor de culo, que durante años no quise ni volver a intentarlo. 

A medida que fui conociéndome sexualmente, fui cambiando mi manera de pensar al respecto. Escuchaba con atención a los disfrutones y disfrutonas del sexo anal. Joder, yo también quería sentir ese gustazo del que hablaban. Intercambio de conocimientos, así lo llamo yo. Yo preguntaba e iba anotando mentalmente sus respuestas para ponerlas en práctica. 

Una de las cosas que más me venían a la cabeza era el manchar y morirme de vergüenza rompiendo todo el clímax del momento. Otra era ese dolor absoluto que sentí la primera vez que lo probé. ¿Cómo dilato la zona si mi mente está enfocada a esos conceptos?

Cuando comencé con mi pareja, fue un tema del que hablamos varias veces, así que un día en una de nuestras visitas a “la juguetería” aproveché la oportunidad en el que la dependienta nos preguntó “¿Puedo ayudaros?” y me respuesta fue… 

  • ¡¡¡Ay si!!! Verás, no hay manera de poder tener sexo anal. Soy de ano tímido. ¿Algún consejito?

De allí salimos con un lubricante dilatador especialmente formulado para facilitar la penetración anal. Con un Plug monísimo para ir jugando y que fuera sintiéndome cómoda con la zona. Nos envió deberes… una cena divertida para calentar motores, un buen vino para relajarnos y desinhibirnos, una ducha de esas que te dejan al punto del estallido, tiempo para explorar todos los puntos e ir dilatando poco a poco, sin prisas.

Os prometo que seguimos todos los pasos hasta conseguir desconectar por completo. Él se centraba en mi placer acariciando todos los rincones de mi cuerpo. Me comió entera asegurándose que esa relajación que queda después del orgasmo fuera el inicio de esa nueva experiencia. Conseguí ese nivel de excitación donde el plug se coló sin dolor ninguno, sus dedos bailaban dándome un placer diferente que, compaginándolo con la estimulación clitoriana, me estaba volviendo loca. Bien dilatada y lubricada, los planetas se habían alineado de tal manera que lo estaba gozando tanto como había escuchado con anterioridad… ¡Bien! Por fin después de tanto tiempo queriendo experimentarlo por completo, había llegado el momento.

Ambiente perfecto, persona perfecta, niveles de excitación más que perfectos… Nos colocamos en la posición que nos aconsejó ella, un cojín bajo mi vientre, bien relajada y preparada. Introduce el Plug para asegurarnos esa dilatación, entra y sale dejándome un gusto brutal, y ahí viene, su roce que me hace temblar de placer… y cuando está preparado para la penetración… ¡¡¡MI ANO SE CERRÓ A NIVEL DEL MUNDO CUÁNTICO!!! “Game Over”.

Volvimos a intentarlo alguna que otra vez, pero creo que he llegado a la conclusión de que mi ano tiene vida propia. Que le vamos a hacer… ¡Soy de ano tímido! 

Carpatho’s Queen