Spoiler Alert: Spoilers hasta la temporada 13, hamijas.
Hace unos días se estrenó la temporada 14 de Anatomía de Grey y yo estaba más feliz que en las rebajas. Anatomía de Grey es, sin duda, mi guilty pleasure. Llevo 14 años enganchada al ya mítico show médico y es que pocas cosas hay en el mundo que me gusten más que llegar a casa los viernes, hacer del sofá y de mi culo una unidad indivisible y descargarme el último capi. QUEREDME COMO SOY.
Mientras muchas de mis amigas dejaron de ver la serie hace siglos y hasta las más superfanses la abandonaron cuando mataron a McDreamy (POR QUÉ, SHONDA, ¿POR QUÉ?) yo he seguido ahí, fiel, al pie del cañón. Las tramas son bastante distintas que al principio: los personajes ya no son internos veinteañeros sino médicos de más de cuarenta, y a excepción de cuatro o cinco personajes, el elenco es completamente distinto. Sin embargo, yo sigo viendo la serie todas las semanas, y aquí os explico por qué.
Por la evolución de los personajes
Cuando has seguido la vida de un grupo de personas por más de 13 años ves muchísima evolución, sobre todo en este tipo de series donde los personajes son tan complejos. Parejas que se unen, amistades que se rompen, caracteres que se ablandan. Me flipa como muchos personajes son en el fondo los mismos (como todos nosotros, cuya esencia se mantiene a lo largo del tiempo) pero, a la vez, cambiados por sus circunstancias.
Por la relación entre ellos
Las relaciones, lejos de ser edulcoradas y perfectas, muestran siempre el lado más humano de las personas. Derek y Meredith se casan en un post-it. Alex Karev tiene problemas manejando la ira y aún así quieres que vuelva con Jo. Aunque no pegan ni con cola, porfiplís que April y Jackson vuelvan. Las relaciones de amistad son lo menos Mr. Wonderful del mundo, pero muestran la verdadera esencia de la amistad: ser uno mismo estar ahí en lo bueno y en lo malo. Es reconfortante ver relaciones que, lejos de lo perfecto, son auténticas y honestas.
Por el drama
Amichis médicos: ¿los hospitales son de verdad así? Porque OMG. Historias retorcidas, personajes que reaparecen tras diez años, muertes que no te esperabas, tramas y subtramas complicadísimas que hacen que al final de cada capítulo te quedes con un mal cuerpo y sólo quieras un nuevo capi YA. Y por supuesto, el sello de Shonda: atentados terribles al hospital cada temporada y media que te hará desear nunca, jamás ser un paciente ahí. (POR QUÉ, SHONDA, ¿POR QUÉ?)
Por la medicina
Esto es deformación familiar, pero crecí en casa de médicos y todo lo científico me chifla. Casos complicadísimos, accidentes la mar de raros, enfermedades en apariencia insalvables… todo. ¿Anastomosis? YAS PLEASE! Cada capítulo, además, hace una metáfora entre algo médico y la vida privada de los personajes y me encanta cómo lo cuentan.
Porque, en el fondo, quiero que Cristina vuelva
Cristina es sin duda el mejor personaje que ha pasado por el Grey-Sloan Memorial Hospital. Me fascina cuando aparece en flashbacks y, secretamente, quiero que vuelva (¡aunque sea invitada!) en un capítulo para que vuelva a decir joyas como estas:
