Basta ya de mensajes positivos. Basta ya de buscar la felicidad todo el día, todos los días. Basta ya de tratar de encontrar el lado bueno de las cosas. Señorxs Mr. Wonderful & Co… ¡cuánto daño están haciendo!

Tienes derecho a mandar todo a la mierda, a estar triste, llorar, comer, beber, ir al médico o pedir una baja cuando pasan “cosas malas”. O lo que es lo mismo, cuando la vida es la vida.

Porque la vida, queridas blogueras dicharacheras -entre otras especies-, no son desayunos con tostadas de aguacate, yoga al amanecer frente al mar, viajes por los cinco (o seis) continentes, ropa gratis, maquillaje caro, fitness, compras y comidas sin gluten (todo en el mismo día), etc, etc, etc.

La vida es pasar por un divorcio, tener una enfermedad grave, perder a un ser querido, sentir la traición de una amiga, ser despedida del trabajo, no aprobar una oposición para la que llevas años estudiando… y una lista infinita con la que cualquiera podríamos identificarnos.

¿De verdad hay algo positivo en algo de eso? No, no lo hay. Hay que pasar el día, la semana, el mes o los años de mierda que hagan falta para superarlo, aprender de la experiencia y seguir adelante como buenamente se pueda. Es entonces cuando se ve la luz; lo positivo es que nos ha pasado. Y si lo ha hecho, es porque estamos vivos.

Solo al llegar a ese punto de inflexión, la mirada y la actitud cambiarán.

Pero, por favor, respetemos los tiempos, la tristeza y el duelo de cada persona. No siempre hay que ser feliz, no se puede estar siempre contento. La vida no es un cuento de hadas. Aceptemos el dolor, enseñemos a nuestros niñxs a naturalizarlo y gestionarlo de la mejor manera posible. Visibilicemos la tristeza y el sufrimiento y aprendamos de ellos.

Y ahora, a vuestra salud, voy a grabarle un audio de diez minutos a mi amiga, ponerme una peli de llorar y una copa de vino blanco. Porque sí, he tenido un día de mierda.

Ainhoa.