Hoy, L. nos plantea algo que todas, alguna vez en la vida, hemos sentido que necesitábamos: cómo plantear «qué somos».

¡Hola, Eva y weloversize!

Antes de nada, perdonad por el tochón que se viene. Necesito consejo porque no sé muy bien cómo dar el paso:
Llevo 6 meses hablando y quedando con un chico con el que todo parece ir genial. Es el primero de muchos «tinder-men» con el que creo que puede surgir una relación, pero no ha surgido LA conversación y mis inseguridades empiezan a generarme ansiedad. Vamos, que no sé si estamos «quedando», «saliendo» o qué apelativo darle. No hemos hablado del tipo de relación que queremos; primero porque era muy pronto para hacerlo, luego hemos ido dejándonos llevar, y ahora me da miedo introducir la cuestión y que la respuesta no me vaya a gustar.
Me explico:
Al inicio yo no esperaba nada porque, tal y como se vendía, era un chico muy activo y decía que el sexo era muy importante cuando estaba con alguien, así que me propuse tomármelo como un rollete y que fuera a donde tuviera que ir. Hasta aquí bien.
Él siempre ha mostrado interés, hablamos diariamente (por whatsapp) y nos hemos visto prácticamente todas las semanas, excepto un hiato de un par de meses por la combinación pandemia+ Filomena (aunque hicimos videollamadas en ese tiempo), pero los planes que hacemos ahora raramente implican sexo. Es decir, salimos, tomamos algo y de los besos no pasamos (para que os hagáis una idea, diremos que la media es una vez al mes).

Una, que le da vueltas a todo piensa: ¿No era muy sexual? ¿Por qué no surge? ¿Me ha querido vender la moto de «fucker» o es que no le gusto? Y si ese es el caso ¿por qué sigue conmigo? (Para que veáis el cacao mental, me he llegado a plantear que esté viéndose con otras personas, aunque eso sí lo pregunté hace un par de meses y me dijo «ahora mismo no», y objetivamente, no me ha dado motivos para desconfiar de él, así que he intentado cerrar esa puerta).

Sé que tengo que hablar con él de todo esto, creo que mi inseguridad parte de que necesito definir lo que tenemos y no tengo ni idea de cómo abordarlo. Mis amigas me dicen que es algo que tendría que surgir de manera natural, pero es una conversación que a mí no me surge naturalmente, y temo que de hacerlo, por papanatas, parezca un interrogatorio.

En resumen: ¿Cómo puedo coger las riendas?

¡Mil gracias!


L. ¡La gran conversación! Qué difícil nos parece, a veces, sentirnos con el derecho a preguntar las cosas como queremos. Y creo que ese es el principio:

Tienes que sentirte con el derecho a despejar tus dudas y recibir respuestas.

Parece algo fácil, pero muchas veces, tras la excusa de «no agobiarle», de «no quiero resultar pesada» o «quizás no sea el momento» lo que estamos escondiendo es el miedo a enfrentar la situación porque damos más valor a lo que la otra persona piensa que a lo que nosotras sentimos. Es decir, es más importante que él no se agobie a que yo despeje mis dudas. Y, si bien siempre tenemos que tener en consideración a la otra persona, no podemos dejar de darnos lo que deseamos o necesitamos por anteponer lo que él piensa a ti misma. Por tanto, es fundamental que sientas que tienes derecho a despejar tus dudas y a sacar en claro en qué punto estáis.

Obviamente, tener en consideración a la otra persona también es importante. Si la otra persona te ha manifestado que no quiere tener esa conversación, debes respetarlo. Pero también debes respetarte a ti y plantearte si quieres tener una relación con una persona que te veta el hablar libremente de tus necesidades emocionales. Si sabes que la palabra «pareja» le da sarpullido, tienes que ser lista y tratar de no sacarla a colación. Y esto es muy importante, porque si conoces a la otra persona y sabes aquellas cosas que pueden hacer que la conversación entre en un punto de discusión, puedes manejar la situación para obtener lo que tú quieres que, en este caso, son respuestas.

Plantear una buena comunicación es fundamental, pero tiene sus trucos. Lo más importante es que seas consciente de que esta conversación es para conoceros más y llegar a acuerdos, no para quedar por encima del otro.

Y desde ahí es desde donde debes comenzar la conversación; no se trata de quedar por encima del otro, siquiera de expresarte tú, sino de llegar a acuerdos. Obviamente, es importante que te expreses, pero también que escuches y saques respuestas. El objetivo de la conversación es que te quedes tranquila.

Te voy a dar unos cuantos consejos para plantear una conversación importante:

  • Busca el momento indicado, que los dos podáis estar tranquilos y con tiempo suficiente para charlar.
    Que los dos estéis de buen humor o, al menos, de un humor neutro. Así, si ha llegado del trabajo enfadado es mejor dejar la conversación para otro momento pues puede acabar en una discusión sólo por el hecho de que ya venía cabreado de serie.
  • Comienza argumentando de forma tranquila y constructiva. En vez de decir «mira, Pepito, es que llevamos ya seis meses y yo necesito saber de qué va esto» es mejor comenzar con algo del tipo «Pepito, en estos seis meses que llevamos juntos, yo me siento muy bien a tu lado.»
  • Trata de no «meter chapas». Sé escueta y, con cariño, ve al grano. Siguiendo el ejemplo podrías decir algo como «en este tiempo creo que me he pillado bastante por ti y me gustaría saber para dónde va esto».
  • No hagas preguntas que se puedan responde con «sí» o «no». De esa manera, puedes conversar, indagar más en la otra persona, sus razones y expectativas. No es lo mismo preguntar «¿Somos pareja?» que preguntar «¿Qué te gustaría que tuviéramos?».
  • Si te responde con demasiados «no lo sé» puedes preguntarle ¿Y qué necesitas para saberlo? De esa manera estás transmitiendo que respetas que no lo sepa, pero también que tiene tu apoyo y, por supuesto, que esperas que él se aclare. Así, le preguntas que para dónde quiere que vaya la relación y te responde un «no lo sé», si le preguntas qué necesita es posible que te responda que conoceros más, más tiempo juntos o, incluso, dejar de veros por un tiempo a ver si así te echa de menos [Consejito no solicitado del día: si te dice que un tiempo separados, es probable que sea de aquéllos que sólo le dan valor a lo que tienen cuando ya no lo tienen, así que tú decides si alguien así merece o no que te quedes esperando -yo lo tengo claro, NO-]
  • Si te pregunta por qué quieres saberlo, sé sincera. De nada sirve tener una comunicación si ocultamos nuestras necesidades. Dile que para ti es más que «alguien a quien me tiro» y que necesitas saber dónde estáis y para dónde vais, porque eso te aporta seguridad.
  • Si ningunea tus sentimientos, ya has conocido una parte de él que puede que no conocieras. No dejes que te haga sentir que lo que piensas, opinas o sientes no tiene valor.
  • Si quieres monogamia, díselo. No juegues a ser algo que no eres, es decir, no juegues a ser liberal si lo que quieres es una relación más convencional. El momento de proponerlo es después de que él te haya dado una respuesta positiva a «qué es lo que sois». Puedes hacerlo en forma de pregunta, que es la fórmula que busca más el consenso. Por ejemplo, imagina que él te dice que quiere estar contigo, que estáis saliendo. Puedes preguntarle «¿Eso significa que tenemos exclusividad sexual?».
  • No tengas miedo. Si la respuesta no es la que esperas o si ves que no estáis en el mismo punto, lo mejor que puedes hacer por ti es cortar la relación.

La comunicación en la pareja es absolutamente esencial. Y creo que comienza en el momento en que tienes que abrirte a la otra persona. Ese momento, para ti, ha llegado. La forma en la que gestiones esto ahora puede definir tu futuro y tu forma de relacionarte con tu pareja. Nunca lo olvides; te mereces a alguien que respete, que respete tus necesidades y que te escuche.

Con Amor,

Eva

Si quieres contarme tus cositas y que te aconseje, escríbeme un WeloverTerapia.

También puedes venirte a mi Instagram.

Si necesitas un chutazo de autoestima, puedes echar un vistazo a mi manual gamberro.