Me llamo Elena y tengo 51 años, me separé de mi marido hace más de diez y qué queréis que os diga, me siento más joven que nunca, más guapa que nunca, más atractiva que nunca.

Me encantaría deciros también que ha sido así toda mi vida, pero os mentiría y yo aquí no he venido a eso, he venido a deciros que la edad no es más que un número, que la actitud es lo que cuenta y que cuando tú te ves guapa, el mundo te ve preciosa y nadie me podrá convencer de lo contrario.

Desde que lo dejé con mi ex marido mi vida ha cambiado radicalmente. Me he apuntado a clases de baile latino, he empezado a trabajar y salgo a beber cervezas con mis amigas mínimo dos días por semana, porque vida solo hay una y yo he venido a disfrutarla.

No es que sea yo aquí una ligona y que cada fin de semana me lleve un chaval a la cama, pero sí que he tenido ‘mini relaciones’ con cuatro chicos desde que mi existencia cambió y todos, absolutamente todos ellos son más jóvenes que yo. No me importa nada lo que me digan, lo que piensen o lo que quieran creer. Soy feliz, me hacen sentirme joven, viva y capaz y a mi con eso me basta.

Siempre he sido una chica llena de complejos, de inseguridades, dependiente y emocionalmente inestable, no sé cuándo todo dio un vuelco de 360º, pero pasó, tarde pero pasó y no puedo estar más orgullosa de ello.

No tengo un cuerpazo, no voy al gimnasio cuatro veces por semana, me paso comiendo cada vez que lo creo necesario y bebo más vino del que debería, pero mi salud está en orden y yo me siento divinamente. Así que salir a tomar algo y tener el morro de decirle a los chavales de la mesa del al lado que si se quieren sentar con mis amigas y conmigo es algo que he aprendido a hacer sin un ápice de vergüenza.

El más joven de los cuatro chicos con los que he estado tenía veintisiete y el más mayor treinta y tres, de verdad que no sé si ha sido casualidad que sean jóvenes o si es que tengo un trauma y paso de señores de mi edad, pero sea como sea, a mí estos chavales me han dado más vida en meses que mi marido en años.

Me llevan al cine, de copas y tenemos sexo salvaje. Están llenos de energía y tienen aguante para rato, no digo yo que los hombres de mi edad no sean así, pero hablo de lo que conozco y lo de lo que yo misma he vivido y, chicas, que me quiten lo bailao, así os lo digo.

Escribiendo esto solamente quiero animaros a que viváis, a que si alguien ha pasado a algo parecido a lo que yo viví que no desespere, que sepa que hay luz al final del túnel, que tú no acabas ni empiezas en él, que tú eres mucho más, que tú eres infinita.

Esta web me ha ayudado muchísimo a no sentirme mal por hacer cosas que para mi estaban bien, me habéis enseñado que hay que quererse, que creerse y que cuidarse, que solamente tú determinas tu valía y que nadie debería hacerte sentir menos, sentirte pequeña, sentirte nada, porque lo vales todo.

Dentro de dos meses me voy con mi nuevo churri de crucero por las islas griegas, tiene treinta años y me está haciendo vivir cada día de una forma tan espectacular que no quepo en mí misma, llevamos nuestra relación de forma super sencilla, no nos damos explicaciones, no nos presentamos a nuestras familias y solamente vivimos lo que queremos y cuando queremos.

Gente de mi alrededor me llama loca, me dicen que soy una desvergonzada y que estoy viviendo ahora la adolescencia y, ¿sabéis qué os digo? Que ojalá hubiera empezado antes.

 

Anónimo