¡Señoras! Que dice Carolina Herrera que una mujer de más de cuarenta con el pelo largo no tiene clase.

Hala, a cortarse todas la melena, ¡locas!

Si es que… cómo se nos ocurre. Somos todas unas chabacanas despendoladas. Con más de cuarenta tacos y con el pelo por la mitad de la espalda, en vaqueros, llevando bikini a la playa… ¡Qué mal! Que doña Carolina también nos comenta que los jeans para las jovencitas, que las minifaldas son para las chavalitas y que el bikini… hombre, por dios, ¿bikini?

Un día tienes clase y al siguiente cumples cuarenta, sigues poniéndote tus vaqueros y llevando el pelo largo y… zas, se te va la clase por el inodoro con el primer pis de la mañana.

Tranquilas, que no cunda el pánico que podemos enmendarnos y ponerle remedio al asunto. Sigamos los consejos de Carolina Herrera: cortémonos el pelo, pongámonos trajecitos de falda con blusitas blancas y recuperemos la clase luciendo tal que así hasta el fin de nuestros días:

Foto de Cordobabn.com

¿Te parece un look de abuelita entrañable? Puede ser, pero con clase, querida. Eso es lo importante. Que Doña Carolina es el paradigma de las señoras con clase desde hace décadas, ahora que roza los ochenta, y por siempre. Y si ella dice que, en aras de ser mujeres con clase, debemos pasarnos aproximadamente la mitad de nuestra vida renunciando al pelo largo, los vaqueros y demás, pues así será. ¿No?

Lo que sufre la pobre cuando ve mujeres por detrás caminando por la calle, con sus bonitas melenas y faldas cortas, y, cuando se giran, descubre que son ancianas. ¡Horror!

Ya nos lo explica en su entrevista al Daily Mail, la mujer debe envejecer bien y no intentar permanecer en una edad en la que no está, o se verá ridícula. Nada envejece más a una mujer que fingir que aún es joven, asegura ella, que por lo visto es vieja desde hace cuarenta años.

Madre mía, si se cruza conmigo y me contempla en todo mi esplendor obeso, despelucado, tatuado y chandalero, por mucho que me quede algo más de un año para cumplir los nuevos veinte, a la mujer le da un parraque de los que dejan secuelas graves y mucha rehabilitación. Imagino que yo la clase de clase a la que se referirá ella, no la he tenido nunca.

Y me importa entre cero y nada, honestamente.

Pero no sé, con eso y todo, me ofende que su concepto de clase parta de una base tan superficial, porque creo que la clase es otra cosa totalmente distinta.

La clase, clase, no depende de si llevas melena, pelo corto o la cabeza totalmente lisa, sino precisamente de lo que tienes dentro de ella, combinado con lo que te late dentro del pecho. Independientemente de si lo llevas bajo una blusa, o cubierto por los triángulos de un escueto bikini.

 Y tengas la edad que tengas.

 

Foto de portada de Mike McGregor para Daily Mail