Diosas, ¿no os ha pasado que, alguna vez, habéis leído un artículo científico sobre alguna disciplina chula, qué os interese o que os sea necesaria, pero no os habéis enterado por ser demasiado casposo, académico o rebuscado?

Vamos, que ni Julio Cesar escribiendo las Guerra de las Galias era tan pedante.

A mí, queridas, muchas veces y por eso decidí que no quería que con mis investigaciones ocurriera lo mismo.

Me presento que, si no, mal vamos. Me llamo Almudena Navarro Zamora y soy historiadora, antropóloga física y forense, trabajo como arqueóloga y me dedico a investigar sobre la Violencia de Género en la Prehistoria, de forma académica y divulgativa, es decir, hago artículos to´ serios y también conferencias  para el gran público.

El ostracismo al que nos vemos sometidas es bastante heavy (#universidades, #ministeriodecultura, oskm) porque ¿para qué vamos a invertir en cultura y conocimiento? Si la Historia no sirve para nada y el Feminismo menos ¿no?

En fin, señoros, sí que sirve, y sirve para conocer de dónde venimos, para saber las causas y las consecuencias de todo lo que somos como sociedad, porque conocer el pasado y a sus gentes te permite conocerte más a ti y al mundo que te rodea. Y somos necesarias, puesto que sin nosotras la humanidad se queda ciega de las huellas de su camino.

Además, coño, que esto no es coger una brocha (en el 90% de los yacimientos se trabaja con pico y pala) y sacar tierra y, sorry cariños, pero lo de Indiana Jones no es cierto, yo no he conocido ningún maromo que vaya a buscar el Arca de la Alianza. De hecho hay muchas más mujeres que hombres dedicadas a la Arqueología y el acoso y los micromachismos están a la orden del día.

Nosotras excavamos restos siguiendo la ciencia arqueológica (no, no excavamos dinosaurios) los estudiamos y divulgamos, y así contribuimos a la mejora de disciplinas como la Medicina o la Arquitectura, además de favorecer la Cultura y la Identidad humanas.

Dicho esto, a lo que he venido aquí es a explicaros un poco mi investigación, y yo, como Carrie Bradshaw me pregunto: ¿Qué es la violencia de género y desde cuándo se desarrolla?

La violencia de género es la manifestación de la dominación masculina sobre lo femenino, una dominación que se da en la cultura, la sociedad, la política y la economía. Es algo palpable y objetivo, que se lleva desarrollando desde hace más de 7000 años, es decir, se ha dado en todas las civilizaciones y culturas anteriores a la nuestra, pero ¿desde cuándo y cómo?

Aquí nos encontramos con uno de los «grandes misterios» de la Prehistoria: ¿cuándo comienza el Patriarcado?

Investigadoras han afirmado que se inicia a la par que las desigualdades sociales, cuando nacen las élites de poder y la división sexual del trabajo, en torno a la Edad de Cobre (3000-2000 a.C.), pero durante el Neolítico (6000 a.C.) ya se observan manifestaciones de violencia contra las mujeres, como los raptos de mujeres jóvenes en Europa Central o las representaciones artísticas del yacimiento turco de Catal Hüyük que unen el concepto de mujer con la muerte.

Porque queridas, la violencia de género no son sólo golpes y amenazas, y esto es lo siguiente que me gustaría explicaros.

Vamos a seguir las teorías de dos antropólogos molones: J. Galtung y P. Bourdieu, que dividieron la violencia en tres tipos: física-directa, estructural y simbólica.

  • La violencia física-directa es aquella que atenta contra el cuerpo y la mente, es decir, lo que siempre hemos considerado violencia: golpes, violaciones, amenazas, etc.
  • La violencia estructural es aquella que ejercen los organismos e instituciones que están en el poder sobre un grupo concreto de la población, es decir, se da violencia desde la propia estructura del sistema, de ahí su nombre. Un ejemplo de ésta, podría ser por ejemplo, el racismo de los 50 en EE.UU. contra la población negra, o si nos remontamos a la Prehistoria, posibles sacrificios rituales de mujeres  por su condición de mujeres.
  • El tercer tipo es la violencia simbólica, aquella que las mujeres nos ejercemos sobre nosotras mismas, sin ser conscientes de ello, puesto que son actitudes normalizadas y naturalizadas, son aprendidas desde la niñez y enseñadas por un sistema social y cultural cuya base es el pensamiento dominante, es decir, el patriarcal. Un ejemplo actual sería el uso de tacones: los tacones hacen daño físico y provocan menos movilidad, pero lo usas porque te ves bien con ellos (más alta, esbelta). Es algo aprendido desde niñas y normalizado en la sociedad, pero sin duda, son perjudiciales para nuestros pies.

Debemos ver estos tipos como un gran iceberg, en el que sólo se vislumbra a los ojos la violencia física, mientras que las otras dos son invisibles pero son su soporte.

Y con esto y un bizcocho os dejo reflexionando sobre ello (que he prometido que esto no sería un tostón). Si os interesa el tema podéis poner mi nombre y la palabra «Prehistoria» en San Google y os saldrá un trabajo bastante majo (que expone casos prehistóricos) o escribirme para lo que sea (vía Instagram o email)

Un beso flores.

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@almunnz