Me pongo en contacto con vosotras para contaros mi experiencia durante mi embarazo. Actualmente estoy embarazada de siete meses. En estos meses me he sentido muy feliz, sino fuese por mi tocólogo, que es mi peor pesadilla. 

Cuando me quedé embarazada pesaba 120 kilos, por lo que todas ya podéis saber cuáles son las consecuencias de esto al llegar al médico. 

El primer lugar, tuve cita con la matrona, una mujer con mucha experiencia y que me aconsejó no coger peso durante el embarazo. Cosa que es normal, ya que si a mi barrigota se le metiera más peso adicional, mi vida estaría muy condicionada. Hasta aquí todo bien. 

La segunda cita la tuve con el tocólogo que me está llevando el embarazo. En la primera consulta con él, me hicieron una ecografía vaginal para saber si mi bebé estaba vivo. Su comentario fue que a causa de mi gordura tenía que acudir a este tipo de ecografía. 

Después empezaron los análisis y las pruebas de azúcar (donde se junta mi herencia familiar junto con mi sobrepeso). Me han repetido la prueba del azúcar durante 3 veces en estos 7 meses y en todas no he dado glucemia. Mis análisis han ido geniales y he perdido 6 kilos en vez de ganar ninguno. 

Para mi todas estas buenas noticias solo han sido un alivio para saber que tanto mi bebé como yo estamos muy bien. Sin embargo, para mi ginecólogo no es suficiente, siempre que aparezco por la consulta y me hace una ecografía sus comentarios son: “claro, es lo que se ve con tanta grasa en la tripa”, “uff si es que se te acumula la grasa en los muslos”, “si fueras una chica de 58 kilos seguro que lo veríamos perfectamente”. Me encantaría que vierais su antigua máquina y que compararais las ecografías que me hacen en su consulta con las que me hacen en el hospital, o las que me han hecho en un centro de ecografías 5D.

 Cada vez que tengo cita con él, me supone una desgana increíble. 

Según fue creciendo mi barriga, fui comparando mi experiencia con amigas mías que son mamás y no tienen sobrepeso. He llegado a las siguientes conclusiones:

  • La gordofobia está en todos lados, y por supuesto que todo habría sido más fácil pesando 60 kilos (sobre todo en la consulta de este señor), pero no ha sido así. He sido gorda toda mi vida, y esto jamás ha supuesto ningún límite para realizar todo aquello que me haga feliz. Ser mamá no iba a ser diferente.
  • La primera ecografía suele ser vaginal para todas las embarazadas, y no por ser gorda, sino porque los fetos son diminutos. 
  • Sí que es cierto que con la grasa de mi tripa la transmisión del ecógrafo es más débil, pero en ningún caso ningún un médico/a tiene derecho a hacerte sentir culpable, ni mala persona por querer ser madre y ser gorda. 

Por suerte también hay cosas maravillosas, y mis experiencias en el hospital con las ecografías, donde las máquinas son mejores han sido mágicas. También me han atendido médicos/as encantadores/as y el apoyo de mi matrona ha sido fundamental. Así que os animo a todas aquellas que queráis ser mamás que luchéis por ello y sobre todo que no dejéis de hacer cosas como ecografías 5d o fotos de premamá por no tener la barriga redonda que sale en la tele. 

Un abrazo grande para todas, ya os contaré como ha ido el último tramo de embarazo.

Ana