Iba tan tranquila por la calle, pensando en mis cosas, en la cena de Fin de Año y en que me tenía que depilar las piernas y los sobacos, cuando entré a un establecimiento a por sellos.

Yo, esperando mi turno, me pongo a mirar el móvil (¡Ay esta juventud que no para con el mosvris!). De repente, me percato que alguien me está taladrando con la mirada, pero no para bien, para mal. El taladro, correspondía a una mujer de unos 65 años, no voy a decir que mal vestida pero tampoco bien, con pinta de no lavarse el pelo desde Nochebuena y con el pintalabios rojo cuarteado. Me la quedo mirando, hasta que aparta la vista.

Pero mi efecto ‘mirada de acero‘ no funciona, y la mujer se me acerca y me dice:

– Nena, te lo digo por tu bien, baja peso porque así no te va a querer nadie (señalándome de arriba abajo).

giphy

No sabéis, de verdad, lo tranquila que me he quedado. He sonreído, y sin perder la calma le he contestado:

– Señora, no busco que me quiera nadie, con quererme yo misma ya tengo suficiente. Y por cierto, le recomiendo que se lave la boca, que le huele un poco mal.

He salido del sitio sin comprar los sellos y me ha pillado el subidón del momento y me he puesto a temblar. Y he comprendido que:

1. Gente maleducada hay en todas partes

2. Aunque os joda en el alma que las putas gordas de mierda nos miremos al espejo y nos queramos como las demás, es lo que vamos a seguir haciendo, aunque nos acoséis por la calle, en los trabajos, en los institutos y mil sitios más. Nos amamos, nos respetamos y nadie nos va a quitar nuestro objetivo de la cabeza: AMAR lo que tenemos mientras trabajamos por lo que queremos.

giphy

A MAMARLA GORDÓFOBOS!