Me llamo Chew, tengo 27 años, soy gorda y tengo hirsutismo. Y esta es mi salida del armario. Vengo a hablaros de algo que me ha acomplejado más que los kilos de más y toda la celulitis que tengo en el cuerpo.

Pero, primero, para los no-iniciados, ¿qué es el hirsutismo?

La RAE lo define así: Brote anormal de vello recio en lugares de la piel generalmente lampiños, más frecuente en la mujer. O sease, tener más pelo que Chewbacca. Tradicionalmente es a la mujer a la que se le trata, pero no dudo que haya hombres más peludos de lo que les gustaría. Y me encantaría poder conocer su opinión, porque yo voy a hablar del femenino.

Desde hace unos meses llevamos oyendo de este movimiento de la no-depilación, de chicas que se dejan los sobacos y las piernas en plan selváticos. Y la ola de rechazo no se tardó en escuchar con bonitos piropos como “guarras”, “feminazis”, “queréis que nos dejemos de depilar todas”… y demás ejemplos de comprensión. Porque vamos, el pelo, eso es cosa de chicos, ¿no? Ya lo dice el anuncio de Veet. Una mujer, por buena que esté, sin depilar es el equivalente a un hombre gordo, peludo y sudoroso. Y ningún hombre quiere eso es su cama, ¿verdad? (De ese maravilloso anuncio hablaremos en otra ocasión porque tiene tantas cosas para analizar…)

-Ayer vi a una chica con pelo en el pecho…

*cara de asca generalizada*

-Mujer, sería vello oscuro…

-Vello no. Eso era pelo. ¿Cómo se puede ser tan guarra?

*nuevas caras de asco*

Y volvemos al debate con ese fragmento de conversación real. ¿Es lo mismo ser guarra que no depilarse?  “Guarra” es como “cosa”, una palabra muy amplia. Guarra es la que piensa cosas pornográficas, guarra es la que no se lava, guarra es la que se acuesta con muchos hombres, guarra es la que no se depila… Hoy en día, cualquiera es una guarra. Pero si volvemos a la casa de las letras, vemos que una guarra es una mujer sucia y desaliñada. Desaliñada, palabra derivada de aliño, o sea, falta de aseo, buen orden en la limpieza de cosas y personas. Es decir, una guarra es una mujer sucia y más sucia (un aplauso por la RAE por tener una definición equivalente para “guarro”, por favor).

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¿Tiene que ver no depilarse con no lavarse? En su día, se concluyó que no, pero las obsesas pro-depilación (y utilizo este término a conciencia para todas aquellas personas que no conciben que alguien no quiera/pueda depilarse y automáticamente empiezan a temblar) contraatacan con que el cuerpo suda. ¿No sudan los hombres? Normalmente tienden a sudar más, pero no por ello se les considera guarros (o consideraba, que la moda metrosexual no tengo muy claro hasta donde llega). De los hombres se cree que se lavan y usan desodorante y por eso no huelen aunque tengan pelos en los sobacos. ¿Pero que pasa con las piernas? A no ser que hagas una actividad deportiva intensa, el sudor no suele ser tan elevado en esa zona. Sin embargo, es la primera que se ve y la primera que causa rechazo.

Y ahora vamos a la parte divertida. ¿Qué pasa si tienes pelo donde no se debería? Como comprenderéis las que hayáis usado una maldita silke-pil alguna vez (y si no, ya os lo digo yo, duele horrores), pasársela por entre las tetas no es muy agradable. Porque sí, con el  hirsutismo puede salir pelo donde menos te imaginas. Puedes tener unas bonitas tetas protegidas por un buen manto de pelo, una espesa barba, una sexy y oscura línea del alba… todo aderezado con una bonita pubertad que te hará sentirte segura de todo.

Y muchas veces no habrá tratamiento. Y la solución que todo el mundo te dará será el láser (que aparte de doler e inflamar la zona, cuesta un riñón), pero es necesario. Porque el láser, señores, aparte de no ser apto para todo el mundo es caro y no todo el mundo tiene 800 euros para gastarse (y digo 800 euros porque es lo que puede llegar a costar una zona media, ni hablemos de si el problema se extiende a más de una). Y no todo el mundo puede estar haciéndose la cera todos los meses por problemas en la piel.

El pelo es algo que cuesta aceptar, pero que no queda más remedio que tolerar. Yo crecí acomplejada por él. Sin atreverme a dejarme ver, ni siquiera en la playa, por su culpa. Ni hablemos de intimidad con otra persona. A día de hoy, no todas mis amigas lo saben y cuando lo digo, al menos tienen la suficiente educación como para tratar el tema como adultas. Porque, si necesitáis haceros el láser para no darle asco a vuestros amigos, cielitos míos, no son vuestros amigos.

No voy a ser hipócrita y decir que os tienen que gustar las chicas peludas. Eso es una gilipollez. Únicamente os pido que tratéis el tema con normalidad. Que asumáis que una chica no es menos chica por tener más pelos en el escote que vosotros, igual que vosotros no sois menos hombres por tener menos pelo que vuestro tío Paco.
Lo único que os pido que es la próxima vez que veáis una chica peluda y os de por reíros y fingir asco y vomitonas, pensad que a lo mejor en vuestro grupo hay una futura psicópata que acumula motivos para mataros a todos.

Autor: Chew