Todos hemos pasado por momentos difíciles en esta vida, del tipo que sea y de diferentes intensidades, creo que ni uno solo de nosotros nos hemos podido salvar de pasarlo realmente mal en algunos momentos, pero esto realmente sabemos que forma parte del hecho de vivir.

Parte de nuestro aprendizaje como ser humano, consiste en integran en nosotros mismos esas partes malas (y las buenas claro) y esto nos prepara en cierta forma para el resto de cosas que nos irán pasando en la vida.

Pero últimamente veo que esto parece ser algo malo, en el sentido de que vivimos en el mundo del postureo, en el mundo de Mr. Wonderful donde todo es chachi piruli, tenemos una vida estupenda y todo nos va perfecto. En el trabajo, con los amigos, en pareja, como padres, todo genial.

Pero si te sales de esto, siento decirte que ¡estás condenado! Porque, por si no te habías enterado, mostrarse en algunos momentos de tu vida vulnerable no es que este mal, es que ¡está fatal! (modo ironía activado).

Si ya esto lo enfocamos un poquito más al mundo de las relaciones afectuosas/amorosas/sexuales, apaga y vámonos. Porque ahora se lleva el ser fuerte ante todo, el “a mí no me rayes”, “eso a mí no me afecta”, “yo lo mío para mi”, y un largo etcétera.

¿Con esto qué es lo que estamos consiguiendo?, pues cerrarnos bien de bien en nosotros mismos, en volvernos desconfiados, en no saber gestionar cuando estamos mal porque ni nosotros mismos nos lo permitimos, y por supuesto no sabemos pedir ayuda. Como consecuencia acabamos estallando en momentos que ni sabemos ni entendemos y nos terminamos llevando por delante todo lo que pillamos.

Aclaro que mostrarse vulnerable, no quiere decir que vayas dando pena por las esquinas, intentar manipular a otra persona porque te sientes mal o ir contando tus males a cualquier persona que encuentres. No se trata de eso.

Mostrarse vulnerable consiste en que hay momentos de la vida donde me siento sobrepasada, y necesito confiar en alguien y compartirlo. Porque desahogarse y poder contarle a alguien tus miedos y preocupaciones es de lo más terapéutico que existe.

Es importante saber en qué persona vamos a depositar nuestra confianza, este es el eje central de todo esto. Elegir a esa persona deberá ser una labor que hagas con mimo y con calma, no dejes que cualquier persona conozca esas cosas de ti, porque primero no te vas a sentir escuchado y segundo la confianza en esto es clave.

Volviendo al territorio de pareja, parece que ahora la moda esta precisamente en no dejar que la otra persona vea esta parte de mi, va un poco de la mano con lo de “no nos vamos a enamorar” pero hacemos cosas de pareja, somos súper felices juntos, nos acostamos, nos hacemos reír, no queremos estar con nadie más, pero ehh ¡Esto no es amor!, pues con la confianza pasa un poco lo mismo.

Si yo me muestro vulnerable delante de ti, te estoy otorgando un gran poder, porque tú puedes hacer con esa información lo que quieras. Pero si no me escuchas o la usas contra mí, me destrozarías. Por eso os decía la importancia de elegir bien con quien compartíamos ciertos aspectos de nosotros mismos.

La confianza en mostrase vulnerable con alguien es saber que te podría destrozar o hacerte mucho daño con esa información pero esa persona nunca lo hará, y decide quedarse ahí para escucharte y apoyarte.

Y no nos engañemos, todos necesitamos tener personas así en nuestra vida, repito, esta función la puede cumplir quien tu desees, no tiene porque ser solo la pareja ni mucho menos.

 

Pero si es verdad que en una relación nos va a tocar desnudar nuestro cuerpo y nuestra alma, y que en parte de eso de trata. Por supuesto esto tiene que ser reciproco y tu también tendrás que estar para la otra persona en sus momentos bajos (siempre dejando claro que en relaciones toxicas esto no se aplica, ya que esto se usa como modo de manipulación).

Parece que los sentimientos solo se aceptan si son buenos, positivos, felices. Todo el mundo está para salir de fiesta, de cañas, a reírse, a bailar, pero realmente no todos están cuando te encuentras en un punto más bajo.

Aprender a exteriorizarlo es un paso muy importante y muy saludable para ti, y entender que estos sentimientos también forma parte de todos nosotros, que no podemos obviarlo sin reprimirlos, porque será cuando nos traigan consecuencias muy negativas.

Por lo que, aprende a aceptarlos y a gestionarlos, y no temas en mostrarte así con las personas que tu consideres, no somos perfectos ni siempre estamos bien, ¡Y no pasa nada! Estos momentos harán que valores más los buenos, y saber gestionarte te traerá una buena salud mental.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected] instagram: @aidavallesconsulta_