Lo más jodido de tener depresión no es tener depresión. Es no saber si vas a salir de ella. Es la lucha constante por intentarlo y fracasar. O al menos así me siento yo. Cuando estás tan agotada de luchar que solo quieres rendirte. Lo has intentando, lo sigues intentando y sigues en el mismo punto. O lo que es peor aún, ESTÁS AÚN MÁS DEPRIMIDA. Lo que te lleva a pensar que nunca podrás salir de esto. Como decía Dakota “de la cárcel se sale… de la depresión…” Pues quiero creer que sí. 

Cada persona es un mundo. Por ejemplo, a pesar de ser odiada, a mi me encanta la pizza con piña. Por tanto lo que a mí me afecta o lo que a mí me hace o me hacía feliz, no afectará a otros, ni hará feliz a otros. Otro ejemplo me flipa Harry Potter. Me fascina, desde siempre, me da igual que no tenga edad, me da igual que sea “para niños” y después de este tiempo me está enseñando una bonita lección.

JK creó a los dementores como una metáfora de la depresión. Y ahora más que nunca lo veo. Ahora cuando creo que he tocado fondo (aunque nunca lo sé, hace unos meses pensé que no podía estar más hundida, aquí estoy hoy unos cuantos metros más abajo, esperando por fin jubilar la pala y el pico y comprarme una escalera para subir) los veo, agachándose hacia mí, intentando darme un besito QUE NO QUIERO. Y aquí viene lo chungo. Tú levantas tu varita, con las fuerzas que te quedan, que no suelen ser muchas, pero ya hablaré de eso y buscas un recuerdo feliz. MEC. ERROR. Casi puedes oír la carcajada del dementor, que te lo imaginas hasta doblado de la risa. ¿Recuerdo feliz? Ellos niegan con la cabeza. Y tú también. Porque no te quedan. Porque los recuerdos felices duelen. Solo puedo hablar por mí, lógicamente. Pero los recuerdos duelen. Es un tema jodido. Poca gente se atreve a hablar así de lo que pasa por su cabeza pero aquí estoy, con mis dementores. No puedo conjurar un Patronus en condiciones porque todos mis recuerdos están rotos. Lo que me hizo feliz en el pasado ahora me duele.

ZmYq8

Os pongo en situación: Estoy en mi cama rodeada por ellos, la ansiedad me aprieta el pecho, no puedo controlar las lágrimas, veo que estoy entrando de nuevo en la espiral de castigarme, de tristeza, de autocompasión, todo lo malo está repartido por cada centímetro de mi cuerpo (y no son pocos) y me decido a espantarlos. Intento gritar “Expecto Patronum” pero no me sale la voz. Porque los recuerdos a los que he recurrido para hacer posible espantarlos son de una época mejor, una que queda muy muy lejos y que en el estado que se encuentra mi cuerpo, mi corazón, mi alma, mi mente, no se si podrán volver. Cuando yo me reía de verdad. Cuando no era una decepción para nadie. Cuando no tenía la constante sensación de ser un estorbo. Cuando no me sentía complemente sola… Todos esos sentimientos que hacen que en vez de alejarlos, los acerque más. Ósea que, en resumidas cuentas estoy jodida. Porque no puedo alejarlos. ¿Y qué es lo que queda? ¿Nada? No. Desde mi desconocimiento, no soy psicóloga ni pretendo serlo, tengo algunas opciones. Pero no son fáciles.

giphy

La primera PARAR. Uf complicado, ¿verdad? ¿Cómo vamos a dejar de pensar que no valemos para nada, que somos una carga y el resto de mierda que se nos pasa por la cabeza? Quizá valorando las opciones. Lo primero yo no he elegido estar así y no obligo a nadie a estar a mi lado. Si están es porque quieren, no soy una carga y si lo soy, están aceptándolo. ¿Que estás sola? No chata, nunca lo estás, porque siempre, siempre, hasta el último momento vas a tenerte a ti misma y nada en este mundo es más valioso que eso. ¿No valgo para nada? Vale, sí, solo quiero recrearme en mi propia mierda pero ¿por qué no cocino/escribo/trabajo/cualquiera-de-esas-cosas-que-se-que-soy-capaz-de-hacer? Voy a demostrarme que poder, puedo.

La segunda CREAR NUEVOS RECUERDOS. Los que sean. Como sean. Felices. Que me ayuden con el Patronus. 

La tercera APRENDER A VIVIR CON ELLOS. Hostia ¿eh? Este es mi ultimo plan. Es un “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Pero no me mola. No quiero vivir la vida, que solo tenemos una con los dementores a mi lado a cada paso.

 

Y la más importante de todas es BUSCA AYUDA. Y para mí también es importante: NO TE AVERGÜENCES. Ni de tener depresión, ni de ir al psicólogo. Ni de llorar. Ni de un ataque de ansiedad. Habla de ello si te apetece y cuando te apetezca y no dejes que te domine y recuerda que siempre hay un lado bueno de las cosas. 

Anónimo.

Foto destacada.