Estoy menstruando así que no me voy a andar por las ramas: ¿QUIÉN CO* CREA LOS ANUNCIOS DE COMPRESAS Y TAMPONES? O mejor aún ¿qué fuma? ¿Orégano? ¿Menta piperita? ¿Ha visto alguna vez una mujer con la regla o realmente cree que es un ser mitológico?
Vamos a ver, LA REGLA. En el 90% de los casos implica una sensación “fabulosa” de dolor nivel me están clavando una espumadera en los riñones, acompañada de abanicos de sensaciones térmicas que oscilan de “frozen” a “magma del infierno” (sin término medio), hambre voraz con la que te comerías no una hamburguesa de Mc Donalds sino incluso a sus empleados y un caos de hormonas capaz de hacerte llorar viendo Pocoyó.
¿Y ME ESTÁIS CONTANDO QUE CUANDO ESTA MARAVILLA DE LA NATURALEZA OCURRE, A MI ME APETECE MOGOLLÓN PONERME A BAILAR, MONTAR EN BICICLETA, HACER ESCALADA O IRME A LA PLAYA CON UN BIKINI BLANCO?
Cuando nos viene la regla (ese 90% de población femenina) sólo queremos estar en posición fetal, tapadas con una mantita amorosa, comiendo cosas insanas y a ser posible chocolateadas, y con calorcito en los riñones.
Pero, si habéis visto como yo los anuncios de compresas y tampones, veréis que no. Que lo normal son las siguientes situaciones:
1.- Ponerte ropa ceñida y de colores claros, a poder ser: blanco.
Porque el miedo de tu regla se desborde y te traspase el pantalón/falda/vestido/mallas “nunca” ha existido. Jamás ninguna mujer le ha dicho a su amiga cuando se levantaba de la silla de clase “ey mírame a ver si he manchado”. Nooooo. Eso no ha pasado nunca. Eso sí, tías con shorts blancos, biquinis blancos, vestidos blancos… con la regla: siempre.
2.- Apetecerte mogollón hacer cosas con movimiento.
Bicicleta, baile latino, natación sincronizada, subir al Everest. Yo que sé. Lo normal que te apetece con la regla. No jugar a la consola o ver Netflix. Claro que sí. Con un tampón lo que más me apetece es subirme a una bicicleta y coger un camino lleno de socavones, porque estoy la mar de cómoda.
3.- Apuntarte al circo del Sol.
Y esto lo digo porque en todos los anuncios salen mujeres en posiciones imposibles: haciendo el spagat, boca abajo colgadas de una barra, haciendo el pino puente… porque con la regla el cuerpo te pide marcha. De toda la vida de nuestro señor.
4.- Preocuparte por los olores.
Puede darte por la vena “intensa” tipo Nietzsche con preguntas de “¿a qué huelen las nubes?” o bien puede preocuparte mucho que tu toto no huela a frutos del bosque cuando tienes la regla. Porque como veréis en la mayoría de los anuncios de compresas: lo importante es que eso huela a cosas a las que huele un coño: a jazmín, a talco, a flores. Pero no a coño. (Ojo, a coño, que no significa oler mal).
A mí me vais a perdonar, pero como dirían en Aida “no tengo el chichi pa farolillos”.